Entender + con la historia

Un salario sin sal | + Historia

Se ha fijado el nuevo sueldo mínimo en 1.000 euros, una cifra tan simbólica como la propia palabra ‘salario’. Siempre se ha dicho que su origen se encuentra en los pagos con sal de la época romana, pero no parece tan claro.

Manifestación de trabajadores de la banca en Barcelona por un convenio y salarios justos, en febrero de 1979. / Pérez de Rozas / Arxiu Fotogràfic de Barcelona

Tras aprobar la reforma laboral rozando el palo y en el último minuto, el Gobierno español se animó y decidió subir el salario mínimo interprofesional hasta alcanzar la cifra de 1.000 euros, lo que generó las reacciones previsibles en todos los sectores: mientras unos se lamentaban porque decían que esto perjudicará la economía al hacer aumentar la inflación y los costes de las pymes, otros lo celebraban diciendo que ya era hora. El salario mínimo es uno de los caballos de batalla de los sectores sociales desde hace muchos años, y las clases obreras han tenido que luchar mucho para ser escuchadas. Ninguno de los derechos que tenemos hoy (sueldo, educación, sanidad) han caído del cielo. Y si no se vigila, es fácil perderlos. De hecho, no hace tantos años ser un “mileurista” era visto como algo negativo, mientras que ahora, según qué trabajo se tenga, es un milagro llegar a esa cantidad.