Entender + con la historia

Cuando el fútbol juega con la historia

Este martes el Real Madrid se enfrenta al FC Sheriff de Tiraspol, la segunda ciudad de Moldavia, pero para sus habitantes es la capital de una república independiente que nunca ha sido reconocido nadie. Nadie excepto Rusia.

Desfile de tanques en Tiraspol, en el 2015 / Press Service PMR

El fútbol tiene impacto en muchos aspectos de nuestra época y genera un sinfín de efectos colaterales. Por ejemplo, es muy útil a la hora de articular identidades colectivas a diferentes niveles. Cuando los aficionados siguen los partidos de su equipo, acaban entrando en contacto con unas áreas geográficas que quizás nunca hubieran conocido de no ser por las competiciones. El fútbol acorta distancias y supera fronteras. Lo vemos cada año en Europa. De no ser por el balón quién sabe si alguna vez se habría hablado de Donetsk, por ejemplo. Allí está el Shakhtar, que en la Liga de Campeones comparte grupo con el Real Madrid y con un recién llegado a la élite del fútbol europeo: el FC Sheriff de Tiraspol. Una ciudad que sobre el papel forma parte de Moldavia, pero donde la realidad es algo más compleja.