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Los Juegos en la libertad

La llama de Tokio se ha apagado. Una edición única por muchas razones, pero no porque un par de atletas hayan desertado de sus delegaciones. Desde 1948 hay deportistas que aprovechan la cita olímpica para escapar.

A la prensa de 1956 no se le escapó la signifcación política del violento partido entre la URSS y Hungría. 

Hasta hace dos semanas nadie sabía quién era Krystina Tsimanovskaya, la atleta bielorrusa que se ha exiliado a Polonia después de abandonar su delegación olímpica. No es el único caso que se ha visto en los Juegos de Tokio. Menos mediático fue el del levantador de peso Julius Ssekitoleko de Uganda, que huyó de la villa nada más llegar. Después de un par de días fue localizado y lo enviaron de nuevo a su país, donde según la cadena norteamericana NBC está detenido de manera ilegal y en circunstancias poco claras por orden del gobierno que preside el general Yoweri Museveni desde 1986.