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Los Monegros y el mito de la Armada Invencible

La comarca aragonesa no fue deforestada de repente para obtener madera con la que construir los barcos que en 1588 participaron en la funesta expedición naval, como suscribe una famosa leyenda difícil de desterrar, sino que el proceso duró siglos y sus motores principales fueron la transformación del terreno para el pastoreo del ganado y el aprovechamiento de la leña

Ejemplar monumental y solitario de sabina cerca de Castejón de Monegros.

En la carretera que lleva de Castejón a Sariñena, justo antes de llegar al pueblo de Pallaruelo, se puede observar una de las últimas representaciones del sabinar que cubría antiguamente buena parte de los Monegros. No son ejemplares solitarios que han sobrevivido en lindes o terrenos abruptos, como suele ser más común en esta comarca de Aragón, sino que los hay a centenares. Vistos desde lo lejos, los árboles, que crecen marcando la frontera entre pequeñas fincas, se observan como un bosque denso que destaca sobre el suelo claro. Mi colega periodista Ernest Alós, buen conocedor de la zona, me comenta que más al sur de Bujaraloz, en la llamada Retuerta, se encuentra otro sabinar de tamaño aún mayor y menos modelado por la mano del hombre. Son de una belleza desconcertante. Una visita ineludible.