Polémica en Barcelona

El mural de la furgoneta en llamas y la libertad de expresión

La controversia sobre el mural de Martz en el parque de las Tres Xemeneies, una reproducción realista de la furgoneta incendiada en la Rambla durante los disturbios por Pablo Hasél, abarca cuestiones delicadas que van desde la libertad de expresión hasta la batalla por el espacio público, la responsabilidad de las administraciones y hasta los códigos que maneja la nueva generación de artistas urbanos

El mural de Martz en el parque de las Tres Xemeneies, antes de ser borrado. / Alex R. Fischer

Como viene haciendo desde hace un tiempo, la plataforma Wallspot organizó una 'jam session' de arte urbano en el parque de las Tres Xemeneies, en Barcelona, el pasado 20 de junio. La temática era: realismo. Entre los artistas que participaron estaba el bilbaíno Martz, que desde hace un año vive y pinta en Barcelona, y cuya aportación al encuentro consistió en un mural que reproducía la imagen de la furgoneta de la Guardia Urbana incendiada por manifestantes, el pasado febrero, durante las protestas contra el encarcelamiento de Pablo Hasél. Como seguramente era de esperar, la policía, a través de los sindicatos Sapol y CSIF, expresó públicamente su indignación y exigió la “retirada inmediata” del dibujo. El debate sobre la libertad de expresión, del que los muros del parque han sido últimamente acicate, volvía a la palestra barcelonesa.