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La frontera con Venezuela, el otro polvorín colombiano

Las denuncias sobre tráfico de recién nacidos en la frontera entre Colombia y Venezuela añade más drama a la situación incontrolable que se vive en la región, donde grupos criminales, guerrillas y disidencias de las FARC se enfrentan por el control de los negocios ilegales mientras los gobiernos colombiano y venezolano se niegan a dialogar. Miles de inmigrantes son víctimas del fuego cruzado

Migrantes cruzando la frontera entre Colombia y Venezuela por un paso informal, en los alrededores de Cúcuta, en una foto de archivo. / LUIS ROBAYO

Vienen caminando y vienen desde lejos. Avanzan pegados a la carretera, en grupos numerosos para brindarse la ilusión de protección, y atraviesan el país en busca de un lugar donde alguien los trate bien, les dé un trabajo y les permita empezar de nuevo. Son venezolanos y están atravesando Colombia. Salieron quién sabe hace cuántos meses de Venezuela y llevan un relato complejo a hombros: el de la pobreza, el de la emigración forzada, el del rechazo y el del maltrato. Todos pasaron en su día por un paso legal o por alguna de las innumerables trochas sin presencia policial por los que la frontera entre los dos países siempre lleva el apellido de “porosa”, y básicamente a todos se les puede calificar de supervivientes. Ese linde entre naciones es uno de los más peligrosos del mundo.