Hay un divertimento nuevo que se ha puesto de moda entre los 'fashion victims' y no es otro que curiosear a través de la ventana de Instagram cómo visten los ciudadanos de otras capitales europeas. La pandemia del coronavirus ha dejado los desfiles de las grandes firmas en meras retransmisiones por 'streaming' sin público, sin 'front row' de famosos y fotógrafos y sin toda la 'troupe' de 'influencers' que solía acudir a esas citas a apoyar a sus diseñadores favoritos y de paso pasearse y fotografiarse por las calles con los mejores estilismos (el último ejemplo de ello es la Semana de la Moda de Milán, todo pasarelas virtuales). Además, las restricciones de movimiento debidas al covid han hecho caer el turismo y la posibilidad de viajar a otras ciudades y palpar in situ cómo se visten en otros lugares. Un caldo de cultivo perfecto para que renazca una corriente, la del 'street style' (el estilo callejero y urbano) más genuino, el que nació en los 70 de la mano del fotógrafo Bill Cunningham.