Michael Harris: “Hemos perdido derechos. Antes éramos europeos y ahora somos nacionales de un tercer país”

¿Cuáles son las inquietudes de la colonia británica? Los residentes británicos en España y los españoles en el Reino Unido están protegidos por el acuerdo de retirada que se firmó a principios de 2020 y que permite residir en el Estado en el que vivimos. Pero desde el pasado 1 de enero no hay libre circulación de personas, así que para los españoles será más complicado ir a vivir al Reino Unido, lo mismo que para los británicos que quieran vivir en la UE. ¿Han perdido derechos? Sí. Porque antes éramos ciudadanos europeos y ahora somos nacionales de un tercer país. ¿Qué cambia a nivel práctico? Tenemos derecho a trabajar en España, pero no a prestar servicios en otros países de la Unión Europea, aunque sea temporalmente. Esto afecta a colectivos como artistas, músicos o actores que van de gira, y a intérpretes, traductores o informáticos que no trabajan solo en España. Luego hay problemas causados por el Gobierno británico. ¿Por ejemplo? Si queremos volver al Reino Unido con nuestras familias europeas habrá que lidiar con el sistema británico de inmigración, que es muy exigente. Hay que tener unos ingresos mínimos. Los británicos con padres mayores en el Reino Unido estarán obligados a elegir entre ellos y sus parejas. Si un hijo quiere ir a cuidar a su madre enferma tendrá que ir solo y dejar a su familia en España. A veces hay casos dramáticos. "La posibilidad de que en diez años el Reino Unido siga igual, si sigue existiendo, es bastante pequeña porque Escocia va a buscar la independencia sí o sí" ¿Qué asuntos quedan por zanjar? Asegurar que la Tarjeta de Identidad de Extranjero (TIE) sea válida en toda la zona Schengen y el tema de la combinación de estatus. Es decir, mantener el estatus de residente permanente como nacional de un tercer país con el estatus de familiar de ciudadano europeo. Para británicos casados con europeos es importante. ¿Qué le ha hecho sufrir más, el Brexit o la pandemia? La pandemia ha matado gente, así que ha sido peor, pero para muchos europeos que viven en el Reino Unido y para muchos británicos que viven en países europeos han sido años complicados. La incertidumbre ha sido muy dura, especialmente para los grupos más vulnerables. Lo peor del Brexit es que es un problema que afecta a unos 5 millones de habitantes surgido por un nacionalismo inglés que no va a solucionar nada. La pandemia tiene causas ambientales, pero el Brexit ha sido innecesario. ¿Cree que los que votaron a favor de abandonar la Unión Europea se arrepentirán? No. El Brexit es un tema de identidad, como las guerras culturales. No verán las consecuencias porque no es algo racional. Es como el nacionalismo catalán o español. Lo más importante es la identidad. No espero que los partidarios del Brexit tengan remordimientos, lo más probable es que culpen a otros, a la UE, a los emigrantes, de lo que pasa. ¿Qué ha hecho mal la UE para que el Brexit fuera posible? No hizo lo suficiente para convencer a la población de las ventajas de ser europeo. Cuando algo sale bien es gracias al Gobierno nacional, cuando algo sale mal es culpa de Bruselas. ¿Cambiará la mirada hacia los británicos? Creo que no habrá discriminación, porque somos europeos del norte, pero obviamente va a ser más complicado encontrar trabajo porque no vamos a competir con las mismas ventajas. Espero que en los países euroescépticos se den cuenta del impacto de dejar la UE. Recuerdo al Reino Unido anterior a la entrada en la Unión Europea y el país no estaba bien. Su salida tendrá consecuencias políticas y económicas importantes. ¿Cuáles? La posibilidad de que en 10 años el Reino Unido siga igual, si sigue existiendo, es bastante pequeña porque Escocia, que votó en su gran mayoría a favor de quedarse en la UE, va a buscar la independencia sí o sí. Al final vamos a tener una Inglaterra sola con Gales e Irlanda del Norte. Será terrible.

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Las consecuencias del Brexit en los ciudadanos vistas desde España y desde el Reino Unido

“El Brexit es un tema de identidad. No es algo racional. Es como el nacionalismo catalán o español. No espero que sus partidarios tengan remordimientos”, asegura el vicepresidente de Eurocitizens

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