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Jordi Abad: "Un 'death' café es un intercambio de ideas en torno a la muerte"

Organiza su segundo 'death café' en Barcelona, para hablar socialmente, sin tabús ni miedo, sobre la muerte

zentauroepp47247443 death coffee190311154701 / JULIO CARBÓ

Hay un hilo conductor en la vida de Jordi Abad estrechamente ligado con la muerte. El contacto personal con varios episodios dolorosos relacionados con el cáncer lo llevó a cambiar de vida y hacerse especialista en cuidados paliativos, y a día de hoy coordinador de los voluntarios que se ocupan de estas tareas en la Asociación Española contra el Cáncer. Pero hay más. Abad, barcelonés de 53 años, moderará el próximo viernes en el café Citric (Entença, 132) su segundo 'death café', una iniciativa nacida en el 2011 en el Reino Unido que se ha extendido por varios países del mundo y que se puede resumir de un modo sencillo: sentarse, tomar un café y hablar de la muerte.

-Un gran tabú, la muerte. No se habla mucho de eso.

-Justamente. Un 'death café' representa la libertad de poder hablar de la muerte sin tabús y sin miedo. Es una oportunidad para la gente que quiere hablar del tema y no encuentra el sitio adecuado para hacerlo.

-¿Cómo funciona? ¿Hay una dinámica?

-Hay que decir que es algo pensado para un máximo de 15 personas, básicamente porque es una charla, no una conferencia. Aparte de eso, lo único que se necesita es un lugar tranquilo y un moderador que se encargue de controlar las emociones cuando estas se desbordan, así como los comentarios fuera de lugar.

-Y supongo que es mejor si el moderador tiene un trabajo relacionado, digamos.

-Para nada. Al contrario, un 'death café' lo puede organizar cualquiera. Yo lo he hecho por unas razones específicas, pero cada organizador tiene las suyas.

-Hábleme de ello. Sus razones.

-Bueno, primero porque para mí representa una realización personal. Segundo, porque no es algo terapéutico, no es una terapia de duelo, quiero decir. Y por último, que yo quiero aprender de los demás.

-Digamos que ya están todos sentados. Todos han pedido. Y usted empieza diciendo…

-No sé… Por ejemplo: les pregunto qué escribirían en su red social si supieran que es el último mensaje que escriben antes de morir. Esa es una buena pregunta para empezar la conversación.

-Dígame, ¿se puede trazar el perfil de la persona que acude a un 'death café'?

-Pues en términos de edad, sí, porque la mayoría son mayores de 50. Aunque la última vez vinieron dos chicas mexicanas de 30 años que ya habían estado… Una de ellas había estado en un 'death café' en México. De hecho, este lo estoy organizando con ellas.

-¿Que la mayoría sean mayores de 50 es por las razones obvias?

-Pues sí. Cuando tenemos más de 50 tenemos otro tipo de relación con la idea de la muerte. Tenemos más interés.

-¿Puede acudir alguien que se esté muriendo, alguien muy enfermo, por ejemplo?

-No. De ser así tendríamos que hacer una charla de final de vida, que es otra cosa. Hablar de la muerte con salud es diferente de hablar de la muerte con enfermedad. De hecho, en general se suele evitar hablar de historias personales, de duelos, por lo que ya dije, que no es una terapia. Es un intercambio de ideas en torno a la muerte.

-Es hablar socialmente del tema, ¿no? Lo que rara vez ocurre en una fiesta, o en una reunión familiar.

-Exacto. El hecho de tomar y comer algo refuerza el hecho social. La gente se abre con una buena mesa y una buena bebida. En general no sabemos hablar de la muerte, cuando hablar de la muerte debería ser algo natural.

-¿El moderador tiene derecho a participar?

-No, yo estoy más para escuchar. Lo haré el día que participe como un ciudadano más.