Hay un indiscutible campeón de los ganaderos catalanes y se llama Pere Serra. Su hegemonía, en argot deportivo, está marcando una época. Su granja se llama Can Thos, está ubicada en el término municipal de Tordera y ha sido galardonada seis veces seguidas con la Vaca d’Or, el premio que distingue a las mejores granjas lecheras de Catalunya. Ingeniero técnico agrícola y el último de una estirpe de ganaderos que se remonta a su bisabuelo, en su vitrina de distinciones también figura la de Maestro Criador, que se otorga a nivel español cada 10 años. Una conversación sobre vacas.
-Cuénteme, ¿siempre quiso dedicarse a esto?
-Mire, yo lo veo así: cuando estás desde pequeño en un sitio y ves una viabilidad de futuro, entonces tienes que plantearte si quieres seguir con esa viabilidad o buscarte tu propia viabilidad. Eso es todo.
-Pero es una viabilidad que le produce satisfacciones, me imagino. Mire esos premios.
-Los premios son un reconocimiento al trabajo diario en la granja, al día a día. ¿Sabe qué me produce satisfacción? Ver la evolución de los animales.
-¿Qué quiere decir?
-Me refiero a ver a tus animales el día que nacen y luego ver cómo crecen según tus cuidados. Cuando entro a la sala de ordeño pienso y me acuerdo de todo lo que he hecho desde el primer día hasta ahora, veo ahí delante de mí todo el ciclo del animal y me digo a mí mismo: "Si lo haces bien, sale bien".
-¿La leche da para vivir bien?
-Para responderle a esa pregunta le diré que la palabra "beneficios" es un término que no conocemos, básicamente porque tenemos una inversión brutal, en animales e infraestructura, y el precio que se paga por la leche es tan justo que apenas nos alcanza para sostener la inversión y pagar los sueldos. Si realmente hubiera beneficios no estarían desapareciendo tantas granjas.
-¿Muchas? ¿Desaparecen muchas?
-En realidad, el problema es que no hay nuevas granjas. Nadie monta una granja nueva, nadie invierte desde cero, y ese es un problema muy importante para el sector.
¿Se paga poco por la leche?
-La verdad, te sientes infravalorado con respecto a otros productos de primera necesidad. En este momento la leche es un producto de buen precio teniendo en cuenta su alta calidad y lo que cuesta producirla.
-Leí que la Vaca d’Or considera tres criterios: producción, genética y morfología. ¿Podría explicarme los intríngulis del asunto? Producción, por ejemplo.
-Producción es básicamente un índice económico. Para no complicarnos, es el partido económico que cada granja le saca a su leche, por supuesto en función de la calidad y la cantidad.
-¿Genética?
-La genética en las granjas es muy importante. Se valora si has conseguido el tipo de animal que necesitas para conseguir tus objetivos. Cada padre y cada madre tienen una valoración genética concreta, ¿me entiende?, y tú como granjero buscas el cruce de animales que te permita cumplir tus objetivos.
-¿Qué tipo de animales busca usted?
-Yo busco animales que todo lo que coman lo transformen en leche, grasa y proteína. Animales con buenas ubres, es decir, que sean fáciles de ordeñar. Y todo esto se consigue por la vía de la genética.
-¿Y la morfología?
-La morfología premia las características externas del animal. Las ubres, las patas, el cuerpo... Hay unos estándares.
-¿Qué son unas buenas ubres, por ejemplo?
-En mi caso busco ubres medianas o pequeñas, para que haya poca grasa dentro de la ubre. Pero siempre depende de los objetivos que te has planteado.
-Al final, ¿son buenos o malos tiempos para el negocio?
-Es un negocio en el que las cosas cambian muy rápido, y creo que estamos en el inicio de un futuro bueno. 'Leche' hasta hace poco tiempo era casi una palabra maldita, y ahora parece que es un producto salvador. Da la impresión de que estamos asistiendo a un cambio en la forma de pensar sobre la leche, que nos dirigimos hacia un pensamiento positivo de la leche.