GENTE CORRIENTE

Cecilia Losada: "Todos somos creativos, nos viene de serie"

Autodidacta y maestra de labores. Tricotando ha tejido su profesión que, con libertad y creatividad, ha trenzado su porvenir

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Sentada al lado de su madre –una maestra que al llegar a casa sacaba horas de donde fuese para tejer o tricotar prendas para sus cinco hijos– en el salón de casa Cecilia Losada (Córdoba, Argentina, 1977) había pasado largas tardes de su infancia. Mientras la madre tejía o cosía, ella –la menor de los cinco–, dibujaba o cosía también. Tenía 6 años y confeccionaba a máquina vestidos para sus muñecas. El próximo fin de semana (11-13 mayo) en el Handmadefestival de Fira de Barcelona mostrará cómo tricotar una mochila con punto de ganchillo XXL y cómo abrirse camino profesional como artesana de manualidades (www.handmadefestivalbcn.com).

–¿Recuerda sus primeras labores? Vestidos para la Barbie. Nos juntábamos las amigas a las que nos gustaba coser y hacer pulseras. No jugábamos con las muñecas, lo que nos gustaba era hacerles la ropa. Hacer labores era muy común en todas las casas argentinas, se pasa de una generación a otra.

–Aquí en Europa, alguna generación nos hemos saltado y ahora vivimos el boom del handmade, el boomdo it self Quizá los descendientes de europeos, como yo que soy nieta de un gallego emigrado a Argentina por la guerra civil, tenemos que ver con la recuperación de las labores aquí.

–Usted seguro. ¿Cómo prosiguió su camino en las labores tras la ropa de la Barbie? A los 15 años ya me pagaba las vacaciones en un camping en la sierra con mis manualidades de croché –ganchillo, dice, solo se dice en España–. Y desde los 18 años me lo he pagado todo con mis artesanías. Me apunté a teatro y nos hacíamos la ropa los actores. Luego me fui de viaje. Fui nómada durante dos años, por Latinoamérica. Vendía todo lo que hacía en mercados locales.

–¿Ser nómada es la mayor sensación de libertad que ha experimentado? Absolutamente. Salvo tres meses que hice de intérprete para turistas en la selva de Perú, cada nuevo día estaba siempre por escribir, un viaje sin plan, totalmente libre.

–¿Qué aprendió siendo nómada? Lo primero, que las cosas materiales no tienen más importancia que una comodidad inmediata. Yo viajé durante dos años con todo lo que tenía en una mochila. Toda mi vida cabía allí dentro. Y toda la riqueza cultural que descubrí, chocante para mí que venía de una burbuja de una clase media-alta, aquello me liberó de prejuicios.

–En el Handmadefestival, el próximo fin de semana (11-13 en Fira de Montjuïc) dará la charla ‘Crocheteras emprendedoras’ (a las 13.30 horas, los tres días), ¿Su etapa de nomadismo fue su escuela de atrevimiento? Totalmente, y ahora siento necesidad de compartir lo que sé hacer (www.mammadiy.es), cómo iniciar un proyecto con tus producciones de tejido o lana, enseñando a hacerlas o mejorando lo que haces. Yo soy emprendedora desde los 15 años, mi primer dinero fruto de mis manualidades fue para mis vacaciones, luego para viajar y hoy es para mi familia, la comida de mis hijos y seguir haciendo lo que me hace feliz. 

–¿Da gracias por ser tan creativa? Todo el mundo es creativo, nos viene de serie. La creatividad no viene de fuera, viene de dentro. Otra cosa es que sepamos conectar con ella. Estamos hechos de muchas capas, algunas las ignoramos, pero están. Y las manualidades nos conectan con lo profundo del ser, por eso ayuda a relajarse.

–Eso tal vez sea más patrimonio del ayer. Que ahora todos buscamos. Las labores nos ayudan a reinventar el ayer, adaptarlo a lo que nos es útil hoy. Casa Sol (www.casasol.es), una firma de Girona que patrocina el Handmade Festival, hacía hilos, cordeles y cuerdas para embalaje y ha sabido readaptar sus materiales, con color, por ejemplo, al boom de las manualidades, se ha modernizado, se ha adaptado, y triunfa, sin romper con el ayer.