Hay vistas que quitan el aliento, que atrapan en su propia magia. Esto ocurre en las montañas de Prades, que ubicadas en uno de los espacios naturales más importantes de las comarcas del sur de Catalunya, sorprenden tanto por su extensión como por su riqueza biológica y cultural.
Están formadas principalmente por rocas calcáreas y dolomias, con gran presencia de pizarras y conglomerados que le dan su aspecto único. Ocupan parte de las comarcas del Baix Camp, Alt Camp, Conca de Barberà, Priorat y Les Garrigues y albergan espacios naturales vírgenes, rincones desconocidos y pequeños pueblos donde el tiempo parece haberse detenido.
Cultura y deporte
Es una tierra donde se cuentan leyendas de hadas e historias de bandidos, es el lugar donde se vive la cultura en visitas inolvidables como el monasterio cisterciense de Poblet, Patrimonio de la Humanidad por la Unesco. Es zona de productos de proximidad y buenos alimentos: miel, setas, frutas, trufas, patatas y frutos secos.
Es un terreno excelente para practicar deportes al aire libre, como senderismo, BTT, escalada, parapente o kayak en el pantano de Siurana. Se han trazado numerosas rutas para que el visitante pueda disfrutar de sus paisajes y del rico patrimonio arquitectónico y cultural que atesora.
Estas elevaciones merecen un paseo bien planificado, que dejará recuerdos inolvidades y fotos de postal
Impresionante resulta su conjunto forestal con especímenes muy raros y de gran belleza como los únicos robledales de melojo de Catalunya (Cephalanthera-Quercetum pyrenaicae) y la comunidad de sauce de roca (Hieracio-Salicetum tarraconensis), endémica de las montañas catalanas meridionales, entre otras especies estrictamente protegidas y entre las que habitan desde musarañas enanas hasta los míticos dips, que habrían desaparecido en el siglo XVIII.