Centenario de un gran arquitecto

Sant Pau revive con un holograma hasta los tics de Domènech i Montaner

Domènech i Montaner, en su versión holográfica, a la espera de que algún visitante le haga alguna pregunta. / MANU MITRU

Acaba de revivir el Recinto Modernista de Sant Pau a Lluís Domènech i Montaner. Holográficamente, que nadie se precipite e imagine cumplida en los quirófanos la leyenda del moderno Prometeo. Pero lo que han hecho los responsables de la musealización del antiguo hospital es más que un holograma. Un paciente y laborioso trabajo de investigación ha permitido revivir los gestos, la manera de hablar, la voz aflautada, aquella distancia con la que leía los textos a través de sus gafas de alambre, la gran convicción que se escondía tras su atropellado verbo…, vamos, todo eso y mucho más que al parecer caracterizaba a Domènech i Montaner. Y después, en otra labor no menor y tras un exhaustivo ‘casting’, el actor y artista Florenci Salesas, plurilingüe como el propio arquitecto, le ha ‘resucitado’. Es la nueva atracción del pabellón de Sant Salvador, uno de los visitables del antiguo recinto, y para la generación que se quedó boquiabierta la primera vez que en 1977 vio a la princesa Leia salir holográficamente de la panza de R2D2 es, hay que confesarlo, algo incluso emocionante.