CAMBIO DE RUTINAS EN LAS ESCUELAS

Los defensores de un nuevo horario escolar piden coles abiertos hasta las seis de la tarde

Reclaman que los adolescentes coman en el instituto y extraescolares integradas en el proyecto educativo

Instan al Govern a desarrollar una ley que regule unos nuevos hábitos "más saludables" en la enseñanza

Una de las clases de infantil en una escuela. / SERGI CONESA

Han pasado ya dos años y medio desde que el Govern, entonces liderado por Carles Puigdemont, se sumara al pacto por la reforma horaria, con la promesa de que el cambio de hábitos empezara a cristalizar en el 2025. La realidad es que poco o nada ha cambiado, aunque en la educación si se ven ciertos destellos de luz, por ejemplo, con la apertura de comedores en institutos (un centenar) de manera que los alumnos de secundaria puedan comer a una hora decente, y no pasadas las tres de la tarde. Este martes, los defensores de un horario escolar más saludable han presentado sus credenciales en el Parlament y han lanzado un par de peticiones en pleno ocaso de la lesgislatura: desarrollar una normativa para que estas demandas de cambio respondan a criterios de equidad, y calidad educativa y que el Departament d'Educació lidere esta transformación con medidas concretas. 

Jaume Aguilar, miembro de la Federación de Movimientos de Renovación Pedagógica de Catalunya, y Elena Sintes, doctora en Sociología e integrante de la Fundación Jaume Bofill, se han encargado de desgranar el temario ante la comisión de Educación del Parlament. Bajo el título Educación a la hora, han vinculado la modificación de las rutinas formativas con la salud, el aprendizaje y el bienestar de los estudiantes, desde la etapa infantil hasta la secundaria. Han defendido la necesidad de compactar la jornada, avanzando la comida de los más mayores a las 13 horas, de manera que tanto en primaria como en secundaria, las actividades no lectivas empiecen a las cuatro de la tarde. Para ello, y bajo el prisma de la equidad, han solicitado que todas las escuelas tengan sus puertas abiertas hasta las 18 horas, flexibilizar las entradas y salidas para adaptarlas a las situaciones personales de las familias, ofrecer extraescolares como parte del proyecto educativo e incluir el acompañamiento, en el centro, en la realización de deberes, refuerzo escolar y estudio asistido. 

Todo ello, según los impulsores, que también han reclamado un presupuesto para llevar a cabo todas estas medidas, traerá ventajas "a toda la comunidad educativa, es decir, a los niños y adolescentes, a las familias y a los docentes y otras tipologías de educadores.