Tienen muy claro cuál es objetivo. Pero el camino para conseguirlo no es ni tan fácil ni tan cristalino. Quieren que el sistema educativo revierta los recortes aplicados a principios de década durante el Govern de Artur Mas. Lo resumen en 12 puntos que, calculan, requerirían de unos 1.500 millones de euros extra, aunque con algo más de 100 ya se podrían cumplir algunas de sus reivindicaciones insignia. Difícil empresa, pero recuerdan que no reclaman mejoras, sino recuperar lo perdido. En beneficio suyo, pero también en pro de una mejor educación pública. Para hacerse escuchar, la semana que viene organizarán encierros en escuelas de Barcelona y su entorno. ¿Huelga a la vista? De momento solo habrá encierros en escuelas, pero no descartan ir más allá.

La comparación con el resto del Estado es, según la asamblea de trabajadores de la educación pública de las comarcas de Barcelona, uno de los aspectos más dolorosos. Esta plataforma, formada tras la huelga celebrada a finales del pasado noviembre, ha denunciado este viernes en rueda de prensa que la inversión en educación pública debería alcanzar el 6% del PIB, tal y como dicta la ley catalana de educación. “Pero no llegamos al 3,9%, y si dejamos de lado la concertada, no se alcanza ni el 3%”. En el resto de España, sostienen, se llega hasta el 4,4%. 

Entre el martes y el viernes de la semana que viene realizarán encierros en seis centros públicos de Badalona, Sitges, Esplugues, Olesa de Montserrat, Sant Martí Sarroca y Barcelona. El de la capital catalana, en la escuela Montseny, será el último y cerrará la movilización. Entre sus reivindicaciones, restablecer el horario lectivo anterior a los recortes (23 horas en primaria y 18 en secundaria), reducir las ratios (máximo de 20 alumnos en primaria y 25 en secundaria), retorno al horario de permanencia del profesorado en secundaria (24 horas), incrementar el personal del apoyo a la docencia para atender a la diversidad o la consolidación del puesto de trabajo por parte del personal interino.