Las prisas o no cerciorarse de que todos los datos que aparecen son correctos en la declaración de la renta, puede llevar a un error o equivocación cuando se presenta a través de Internet o se acepta el borrador. ¿Qué ocurre en estos casos y cómo se puede solucionar?

Comunicar o no la equivocación

Si no se comunica el error, la Agencia Tributaria puede enviar al contribuyente una propuesta de liquidación con diferentes recargos que se pueden situar en torno al 5%, en determinados casos. Si procede, también se pueden imponer sanciones.

En el caso de que el contribuyente se percate de la equivocación y lo comunique a la Agencia Tributaria, la consecuencias derivadas dependerán en última instancia de si el error repercute en Hacienda o en el contribuyente. Para comunicarlo es tan sencillo como tener una conexión a Internet e ir a la página Renta Web de la Agencia Tributaria. Desde allí, dentro del apartado 'Más trámites', hay que acceder a la opción 'Modificación de una declaración ya presentada'.

Cuando el perjuicio recae en el contribuyente, puede ocurrir que la persona haya incorporado una deducción menor a la real o haya olvidado incluir un donativo o partida que le permite tener derecho a una devolución superior a la que queda reflejada en la declaración. Para este caso concreto, se tiene que solicitar una rectificación de autoliquidación en cualquier momento posterior a la presentación de la declaración original, hasta un plazo máximo de cuatro años.

En el caso de que el perjuicio recaiga sobre Hacienda, se deberá solicitar un declaración complementaria a la presentada en primer término. Si se presenta una vez finalizada la campaña, los recargos y multas pueden incrementarse con el paso de los días.