Investigación de la UPF

Estar en paro o tener un trabajo precario provoca un tercio de las depresiones entre adultos

Un estudio de investigadores de la UPF publicado en la revista internacional Public Health analiza el impacto de las malas condiciones de trabajo en España

Las bajas laborales por motivos de salud mental se duplican en España desde la pandemia

Imagen de archivo de una persona con un trastorno por depresión. / / ELISENDA PONS

Gabriel Ubieto

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Un tercio de las depresiones entre la población adulta española y en edad de trabajar están provocadas por no tener trabajo o tener uno precario. Esta es la principal conclusión a la que han llegado un grupo de investigadores de la UPF y que han publicado en la revista internacional Public Health. En un contexto en el que las bajas laborales registradas y vinculadas a la salud mental van al alza y se han duplicado desde el estallido del covid, esta investigación trata de dimensionar el problema y llama a gobiernos, empresas y sindicatos a reforzar las prevenciones desde los centros de trabajo.  

En una sociedad en la que tener trabajo suele ser condición necesaria –aunque no siempre suficiente- para tener unas mínimas condiciones de vida, carecer del mismo dispara las posibilidades de tener un problema de salud mental. Aunque tener un empleo, sobre todo si este es precario, tampoco es garantía de nada.

El artículo liderado por el catedrático Joan Benach suma evidencias a una relación –salud mental/trabajo- relativamente poco estudiada y que va acumulando bibliografía. Ya en 2011 un grupo también de investigadores catalanes determinó que el desgaste psicológico era 2,5 veces mayor entre las personas que tenían un empleo precario que entre aquellos que tenían un empleo fijo. Otros estudios también han determinado que la depresión es más frecuente a medida que se cumplen años, en el sentido de que cuanto más mayor es la persona, más probabilidades tiene de padecer una depresión por sus malas condiciones laborales. 

Ahora esta nueva investigación segmenta la incidencia de las depresiones según su relación con el empleo. "Es muy complicado dimensionar si esa relación ha ido a más o a menos durante los últimos años debido a la falta de datos", se queja, en conversación con EL PERIÓDICO, Benach. "No estamos midiendo bien la precariedad y deberíamos tener datos fiables y periódicos, de la misma manera que medimos el paro o la temporalidad", añade.

Fijos, precarios y parados

Los autores han tomado como referencia una muestra de 9.782 personas en edad laboral, de la European Health Survey y con datos referentes a la España de 2020. Esos 9.782 individuos los clasifican en tres categorías: Fijos, precarios y parados. Como un trabajador ‘en precario’ el estudio entiende todo aquel empleado que tiene un contrato temporal, trabaja en ‘B’ o asume cuidados no remunerados.

Y determinan que el 15% de las depresiones entre la población ocupada son debidas a la precariedad de sus empleos. Si se mira solo a los desempleados, el 20,4% de las depresiones están relacionadas con el hecho de no tener trabajo –y lo que ello implica-. Y si se mira a toda la población en edad de trabajar –lo estén haciendo o no-, el porcentaje resultante es ese 33,3%.

Hasta ahora una parte importante de los problemas de salud mental relacionados con el trabajo han sido infra diagnosticados o desvinculados de la esfera laboral, según denuncian y reconocen psicólogos, sindicatos e incluso patronales. Se entendía que todo lo relacionado con la psicología pertenecía y era originado en el ámbito privado, no así en el profesional. Tendencia que está cambiando, especialmente tras el estallido de la pandemia y que se visualiza en el mayor registro de las enfermedades profesionales de origen psicológico. 

"Los problemas de salud tradicionalmente se han tratado desde el punto de vista genético, de la atención sanitaria o de los estilos de vida. Nosotros lo enfocamos desde los determinantes sociales de la salud", explica Benach.

Según datos de la Seguridad Social, en España se registraron en 2023 un total de 602.683 incapacidades temporales derivadas de patologías mentales. Desde 2016, cuando la Seguridad Social registró un total de 283.923 bajas vinculadas a problemas de salud mental, se han más que duplicado las incapacidades de este tipo.

Las administraciones se han ido sensibilizando de esta problemática. Hasta el punto de que el artículo de los investigadores de la UPF que recogido en Public Health parte de un comité de expertos configurado en 2022 desde el Ministerio de Trabajo

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Los autores reconocen que su estudio tiene limitaciones, como, por ejemplo, que la clasificación de si una persona padece síntomas asociados con la depresión surge de un auto diagnóstico y no de un cuadro clínico. También alertan de que los porcentajes podrían estar sobredimensionados, ya que parte de las muestras fueron recopiladas durante las primeras fases de la pandemia del covid y ello podría elevar las sensaciones negativas. 

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