¿Cómo afectaría la fusión de BBVA y Sabadell a clientes, empleados y al negocio?

De la carta remitida por BBVA al Sabadell de cara a proponer una fusión se conocen algunos detalles e implicaciones que podría tener esta operación para los clientes, empleados y el negocio en general. Antes de unirse dos entidades financieras hay un proceso de negociación para que el resultado sea un banco más fuerte y más solvente, lo que suele derivar en cuestiones como menos plantilla y oficinas que la mera suma de ambos. El precedente más reciente de una unión de peso en el sector en España fue la absorción de Bankia por CaixaBank hace más de tres años. La Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) impuso una serie de condiciones para autorizar la operación.

El nuevo banco tendría su sede social en el País Vasco, que es donde está la actual del BBVA. De todas formas, en su propuesta al Sabadell, el banco presidido por Carlos Torres apuesta por contar con una doble sede operativa. Una, en Madrid y la otra estaría en lo que en la actualidad es el centro operativo de Banc Sabadell en Sant Cugat del Vallès. De hecho, el banco de origen vasco, que hace 9 años absorbió a la antigua Catalunya Caixa y antes, en 202 Unnim -nacida de la integración de las cajas de Terrassa, Sabadell y Manlleu-, cuenta con gran peso en Catalunya, al igual que el Sabadell. En su misiva, BBVA considera este "un mercado clave para ambas entidades". La idea sería reforzar "el papel de Barcelona como 'hub' europeo para las empresas más innovadoras y disruptivas del mundo". Una de las perdedoras sería Alicante, que desde el referéndum de independencia de 2017 en Catalunya, alberga la sede social del Sabadell.

Cuando un banco absorbe a otro el que se integra en el mayor suele perder su identidad. Sucedió con Banesto, cuando se lo 'comió' el Santander, que también se hizo con el Popular; o con Bankia, cuando lo absorbió CaixaBank. En este caso, BBVA propone que la denominación social y marca sean las de BBVA, pero "mantendría la utilización conjunta de ambas marcas en aquellas regiones o negocios en las que pueda tener un interés comercial relevante".

La operación la lidera BBVA que, por tanto, se reserva el poder dentro de o que sería el nuevo banco. De todas formas aboga por una vicepresidencia para uno de los representantes del Sabadell que se integraran en el nuevo consejo de administración, junto con otros dos "consejeros no ejecutivos". A su vez se establece que el equipo directivo "se conformaría con ejecutivos procedentes de ambos bancos, atendiendo a principios de competencia profesional y mérito, procurando guardar proporcionalidad en función del peso relativo de los negocios".

Toda integración suele suponer reducción de oficinas y de empleados. BBVA se compromete a evitar "medidas traumáticas" que afecten a la plantilla o "singularmente a los empleados con origen en una de las dos entidades". La idea es formar un comité de integración con representantes de ambos bancos para diseñar "el mejor proceso de integración, buscando potenciar al máximo el talento de ambas entidades". Uno de los fundamentos, agrega, es respetar los "principios de competencia profesional y mérito en la integración de las plantillas". E insiste en que se evitarán las "medidas traumáticas", lo que presupone recurrir a las bajas voluntarias o las prejubilaciones pactadas. El Sabadell tiene en la actualidad 13.441 empleados en España; y BBVA, del total de 121.563 que tiene en todo el mundo, 23.418 están en España, incluyendo servicios centrales y otras filiales.

Aunque menos entidades en el mercado presupone una menor competencia, BBVA asegura que la fusión con el Sabadell tiene "encaje estratégico y complementariedad". El banco de origen catalán es el referente en España del segmento de empresas, al igual que BBVA, que lidera la digitalización y la sostenibilidad, según asegura. El Sabadell cuenta con su filial británica TSB, que en los úlitmos ejercicios reporta grandes beneficios al banco, y que se sumaría a la red global del banco vasco en México, Turquía y Latinaomérica. La entidad financiera afirma que será, con la unión, "el mejor socio financiero de familias y empresas, con una mejor oferta de productos y una mayor capacidad de acompañar a las empresas en su expansión internacional". Se simplificaría "la capacidad de la nueva entidad de facilitar crédito a la economía real", al contar con mayor fortaleza, según apunta BBVA. Entre los dos bancos, que se acercarían a un volumen de negocio de un billón de euros, sumarían más de 100 millones de clientes en todo el mundo.

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