La subida del SMI, en 5 claves: ¿Cuánto le costará a las empresas? ¿Qué trabajadores se beneficiarán?

El salario mínimo interprofesional (SMI) subirá este año de los actuales 1.080 euros a 1.134 euros brutos (en 14 pagas). Un incremento del 5% que equivale a unos 54 euros brutos más al mes o 756 euros a lo largo del año y que tendrá efecto retroactivo desde el 1 de enero. Así lo ha acordado el Ministerio de Trabajo con los sindicatos más representativos. Una decisión que beneficiará a unos 2,3 millones de trabajadores en toda España, 300.000 de ellos en Catalunya, según cálculos de las propias centrales. Y que acarreará mayores costes para las empresas, que a través de sus portavoces, las patronales, ya han manifestado su rechazo a la medida. La decisión del Ejecutivo también permitirá ingresar más dinero a algunos colectivos, como, por ejemplo, las personas que están practicando la jubilación activa. Estas son las claves de la subida. ¿Quiénes serán los beneficiados? Mayoritariamente jóvenes, mujeres y personas de origen migrante, que son los colectivos más vulnerables en este nuestro mercado laboral. Uno de cada 10 asalariados verá aumentada su remuneración, principalmente perfiles como mujeres de la limpieza, empleadas del hogar, temporeros de la fruta, conserjes, ayudantes de panadería o tienda o repartidores, entre otros. El Gobierno ya ha anunciado que elevará el mínimo exento del IRPF en 2024 para evitar que aquellos perceptores del SMI se vean perjudicados. Estos percibirán el incremento con efectos retroactivos a 1 de enero del 2024. Es decir, las empresas deberán aplicar la subida desde la primera nómina del año o, en su defecto, hacerlo desde la del mes de febrero y luego abonarles una paga compensatoria por los importes que deberían haber pagado en enero. Que el Gobierno no vaya a validar formalmente la subida hasta el último Consejo de Ministros del mes la revalorización complica las operaciones, ya que las gestorías suelen cerrar las nóminas sobre el día 20 de cada mes. ¿Cómo quedará el salario neto de los trabajadores? La revalorización del salario mínimo interprofesional del 5% se explica habitualmente en términos brutos. Es decir, los actuales 1.080 euros, que pasarán a 1.134 euros, son cantidades brutas y distribuidas en 14 pagas. Esos nuevos 1.134 euros brutos serán menos una vez se traduzcan a netos y se paguen las cotizaciones pertinentes a la Seguridad Social y el IRPF a Hacienda. La cuantía final dependerá de la situación personal del trabajador y la categoría profesional que ostente. No tributa igual un licenciado que un peón, así como tampoco paga igual un soltero sin hijos que un casado con familiares a cargo. La edad o la comunidad autónoma donde uno resida también influyen. Aplicados estos filtros, un salario bruto de 1.134 euros pasaría a unos 1.025,4 euros netos, en el caso de un peón de 30 años a jornada completa y sin hijos a cargo que vive en Catalunya, según la calculadora de Bankinter. El PP ha publicado sus propios números, que para un supuesto similar estiman un salario neto de 1.038,2 euros mensuales (en 14 pagas). No obstante, legalmente existen grietas legales que pueden mermar esa subida para muchos trabajadores, ya que las compañías pueden absorber complementos salariales para alcanzar ese mínimo legal. Por ejemplo, si un trabajador cobra actualmente 1.080 euros de salario base (el actual SMI antes de la subida) y otros 50 euros extra porque le toca el turno de noche, a partir de ahora la empresa solo estará obligada a subirle el sueldo cuatro euros, para alcanzar así ese mínimo de 1.134 euros brutos al mes (en 14 pagas). Le absorbe el complemento y cumple con la legalidad, mientras el compañero que va de mañanas cobrará lo mismo. ¿Afectará la subida del SMI a los pensionistas? Sí, a parte de ellos. Otro colectivo beneficiado por la subida del SMI serán los pensionistas, más concretamente aquellos que practiquen lo que se conoce como jubilación activa. Actualmente la ley permite a los profesionales ya retirados y que cobran pensión compaginar esta con unos ingresos laborales. Estos no deben exceder el equivalente del SMI anual, si el pensionista no quiere ver mermada su pensión. A mayor margen, más ingresos podrán compaginar estos profesionales, que suelen ser altamente cualificados, como médicos, abogados, psicólogos, etc, y con pensiones ya altas de por sí. Concretamente, con la subida del 5% ese margen se aumenta en 756 euros más de ingresos a lo largo del año. ¿Cuánto costará la subida a las empresas? Las empresas serán quienes principalmente costearán la subida del SMI. Para ellas subir el salario mínimo 54 euros al mes implica un coste de entre 82,78 - 86,76 euros más de gasto laboral por cada empleado que tengan cobrando dicha referencia. Y es que además de subir el sueldo de los empleados que se guían por este suelo salarial, también deberán abonar un extra vía cotizaciones a la Seguridad Social. Actualmente una empresa debe pagar por un empleado que cobre el SMI una horquilla de entre 19.864,6 y 20.824,8 euros al año, entre sueldo y cotizaciones. Ahora esa horquilla se elevará a entre 20.857,9 y 21.866 euros brutos al año. Es decir, entre 993,3 y 1.041,2 euros más al año. O, según apuntan desde la patronal Pimec, teniendo en cuenta que la cotización computa solo 12 meses, mensualmente el incremento de coste 82,78 y 86,76 euros (pagas incluidas). El importe final dependerá del tipo de contrato y sector de actividad. En dichas condiciones, la patronal CEOE rechazó un año más, por cuarto consecutivo, apoyar la subida, al considerar que dicho incremento no era asumible para los balances de las compañías que representa. ¿Destruirá empleo subir el SMI un 5%? Actualmente la subida del salario mínimo interprofesional (SMI) no se sustenta en evidencias empíricas ni llega precedida por un informe pormenorizado y público de qué impacto tiene en la economía. Años atrás ha habido organizaciones, ya fuere por encargo específico del Ministerio de Trabajo –como la Fundación Iseak-, ya fuere por iniciativa propia –el Banco de España-, que sí analizaron el impacto de la revalorización a 900 euros aprobada en 2019. Las conclusiones compartidas fueron que incrementar el SMI en ese momento no implicó una destrucción generalizada de puestos de trabajo, si bien si provocó un limitado freno a las contrataciones entre parte de las empresas españolas. Concretamente el Banco de España cifró en unos 154.000 empleos los que se dejaron de crear tras subir a 900 euros el SMI, ya que hubo empresas que con el mismo sueldo hubieran contratado a más gente pero al tener que subirlo limitaron el crecimiento de sus plantillas. Desde la Fundación Iseak detectaron que subir el SMI tenía efectos positivos a la hora de reducir las desigualdades de ingresos, beneficiaba en mayor medida a los colectivos más vulnerables, contribuía a reducir la brecha de género y “tuvo un impacto nulo en el empleo a corto plazo”. No obstante, también detectaron un efecto “negativo, aunque limitado, en el medio plazo”.