Grifols, una de las pocas empresas que figuraban en un informe del Departamento de Estado de EEUU filtrado por Wikileaks en 2010 como estratégicas, cuenta con una filial en China desde 2010, donde obtuvo la licencia comercial como Grifols Pharmaceutical Technology (Shanghai) Co. Ltd. en 2016. Con sede en Shanghái y una oficina en Pekín, la compañía cubre el mercado de la China continental. En 2019, Grifols se hizo con el 26% de Shanghai RAAS por unos 1.680 millones de euros, con lo que se convirtió en su segundo mayor accionista. La operación perseguía satisfacer la creciente demanda de albúmina de suero humano, un plasma utilizado para tratar enfermedades hepáticas teniendo en cuenta las limitaciones de suministro por la estricta regulación que hay en el país asiático para las donaciones. Grifols aportaba su tecnología y 'know how' para que Shanghai RAAS pudiera desarrollar los productos. Y la firma la china se convertía en la única distribuidora de productos de hemoderivados y soluciones de diagnosis transfusional en el gigante asiático.
Internacionalización
EEUU y China, dos pilares estratégicos de Grifols
Grifols quiere parar la hemorragia
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