El 41% de las constructoras de viviendas e inmuebles (residencial y no residencial) están ya en riesgo de impago como consecuencia de la subida de los tipos de interés. El indicador supone un empeoramiento de dos puntos porcentuales frente a los valores de 2022, según los datos de Insight View, plataforma de Iberinform. El frenazo súbito de las ventas como consecuencia del encarecimiento de las hipotecas está teniendo ya efectos. La desaceleración de la demanda por el encarecimiento del crédito bancario, la pérdida de dinamismo de los visados de obra nueva y el impacto de las variaciones de precio de los materiales de construcción en los márgenes comerciales son un cóctel desastroso para un sector de la construcción acostumbrado a las coyunturas adversas.

Los últimos datos macroeconómicos confirman la caída de la inversión en el sector de la construcción. Se contrajo el 2,2% en comparación con los tres meses anteriores. La mayor caída vino por parte de la construcción no residencial (-3,3%), aunque también se produjo un notable retroceso en la construcción de viviendas (-0,9%).

La subida de los tipos de interés es la causa principal del parón de la demanda inmobiliaria. Tras diez subidas consecutivas, y a pesar del parón en el ritmo de subidas aprobado por el BCE, el coste de la financiación se ha disparado. Ya es posible ver rebajas en las ofertas de viviendas en algunos portales inmobiliarios. Propietarios con cargas hipotecarias elevadas están pasando problemas.

De las seis primeras provincias del sector por tamaño, Baleares presenta el mayor deterioro del riesgo de crédito, afectando al 60% de sus constructoras (ocho puntos más que hace un año), seguida de Málaga (54%), Madrid (45%), Valencia (44%), Barcelona (41%) y Alicante (38%).

Según el estudio de Iberinform, el 51% de las empresas del sector cuenta con menos de 10 años. El informe reconoce que "la antigüedad es un factor relevante en el riesgo de crédito: entre las empresas que se encuentran en su primera década, el 50% se encuentra en un nivel máximo o elevado de impago. Este porcentaje cae sensiblemente, hasta el 31%, entre las empresas entre los 11 y los 25 años y al 29% entre las de más de 25".

El plazo medio de aprovisionamiento, que muestra los días que permanecen las existencias en la empresa, se sitúa actualmente en 127 días, frente a los 434 días en 2013, lo que muestra una reducción progresiva a lo largo del tiempo. Los datos también concluyen que el sector sufre una fuerte atomización, con un 96% del tejido compuesto por micro y pequeñas empresas. Los márgenes comerciales muestran cierta volatilidad, que va del 4,7% con el que trabajaron en 2019 al 3,4% con el que cerraron en 2022. Es previsible que ese margen comercial se constriña aún más en 2023.