"Acabé llorando", explica una trabajadora subcontratada para la organización de las oposiciones de la Generalitat del pasado sábado 29 de abril. Estrés, angustia o frustración son algunos de los sentimientos con los que Marta y otras dos trabajadores entrevistadas por EL PERIÓDICO (todos con nombre ficticio para preservar su anonimato) describen su experiencia durante el fiasco en el que se convirtió el proceso de estabilización. La Generalitat culpa a Cegos, la empresa encargada de la vigilancia de los exámenes, y Cegos culpa a la Generalitat. Y entre medio un personal -novato, en su mayoría- cuya única preparación para gestionar a más de 13.500 opositores y 72 pruebas fue una formación de 90 minutos y por videoconferencia, que realizó cada uno desde su casa.
Generalitat de Catalunya
El personal que vigiló el fiasco de las oposiciones solo recibió 90 minutos de formación
Vigilante repartiendo exámenes durante las oposiciones de la Generalitat. /
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