Isaías Táboas (València, 1958), el dimisionario presidente de Renfe por el caso de los trenes incompatibles con las medidas de los túneles existentes en Asturias y Cantabria, está acostumbrado a las salas de máquinas. Entre 2006 y 2010 se ocupó de ello en la Generalitat, como secretario general de la Presidència, como uno de los hombres de máxima confianza del 'president' José Montilla. De hecho ya fue uno de los escuderos de Montilla cuando este fue ministro de Industria entre 2004 y 2006, como director del gabinete del ministro. De esos inicios ha heredado una indudable lealtad institucional, algo perceptible siempre en los contactos con la prensa; no iba nunca más allá de sus competencias y su responsabilidad, con escrupulosa conciencia de su puesto al frente de Renfe y sus relaciones con el Gobierno de turno. Pero esa responsabilidad le lleva también a asumir el fallo de los Feve en carne propia, precisamente en un momento ilusionante para la compañía para diversificar sus fuentes de ingresos (con servicios turísticos) y afrontar la expansión internacional.
Cambio en la presidencia
Isaías Táboas, de la sala de máquinas del Govern a la del tren
El ya expresidente de Renfe es el responsable del plan de desarrollo futuro de la compañía, basado en la internacionalización y los servicios turísticos
El presidente de Renfe, Isaías Táboas, durante la entrevista en la redacción de El Periódico. /
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