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El naval público de China acapara ya uno de cada cuatro contratos a nivel mundial

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Crucero en un astillero chino.

En el distrito Huangpu de Shanghái tiene su sede la China State Shipbuilding Corporation (CSSC). Es la cabecera de un holding con más de 300.000 trabajadores, el doble que Grupo Inditex a escala mundial. Un monstruo especializado en construcción naval y defensa que carbura al abrigo de precios low cost, de los encargos de armadoras europeas y de la gasolina financiera de Pekín. Es una empresa controlada por la maquinaria estatal, al igual que COSCO Shipping, China Merchants, Sinomach, CIMC, Xiamen Xiangyu o Qingdao Beihai. En un ejercicio absorbido por la inflación y el encarecimiento de las nuevas contrataciones, los astilleros públicos chinos fueron capaces no ya de blindar elevadas cargas de actividad, sino de asumir más de una cuarta parte de todos los pedidos firmados en 2022. De cada cuatro buques que se construyen a día de hoy en el mundo, uno se ensambla con herramientas del régimen de Xi Jinping.