Coyuntura

Catalunya creció el 5,5% en 2022 y superó el nivel prepandemia

La actividad registró un alza del 0,3% en el último trimestre del ejercicio

La planta de Martorell sufrirá un proceso de adaptación para fabricar eléctricos / Seat

Catalunya cerró el año pasado con un crecimiento que se disparó hasta el 5,5%, al igual que la media española. Según el avance publicado por el Institut d'Estadística de Catalunya (idescat), esta evolución supuso un alza de dos puntos por encima de la media de la zona del euro (3,5%). Esta cifra deja obsoleta la estimación incluida en los presupuestos de la Generalitat entregados el jueves al Parlament (4,4%)

Esta evolución, consecuencia de un crecimiento del 0,3% en cuarto trimestre en vez del 0% e incluso una caída del producto interior bruto (PIB) que pronosticaban algunos servicios de estudios, se debe esencialmente a la recuperación del turismo extranjeros y la evolución favorable del mercado de trabajo. Todo ello en un "contexto adverso" por la guerra en Ucrania, la crisis energética, las tensiones inflacionistas, la subida de los tipos de interés y el debilitamiento de las principales economías del entorno.

En el cuatro trimestre, el crecimiento en términos interanuales fue del 3,3%. Con esta evolución, "la economía catalana supera los valores previos a la pandemia, con un volumen de PIB un 0,4% superior al del cuatro trimestre de 2019", antes del estallido de la crisis sanitaria. Este ritmo de recuperación se sitúa entre la zona euro (que està un 2,4% per sobre) y la economía española (que aún se sitúa un 0,9 % por debajo de los volúmenes previos)

Menor consumo y actividad

La información económica más reciente sugiere "un debilitamiento del consumo y de la actividad", según el Idescat. En el proyecto de Presupuestos para la Genralitat para 2023 se prevé un aumento del PIB del 1,7% este ejercicio. De todas formas, se espera que la actividad gane dinamismo a partir de la primavera, "a medida que las tensiones en los mercados de la energía aflojen, continúen mejorando los problemas de aprovisionamiento y se refuerce el despliegue de los fondos Next Generartion". Con todo, la incertidumbre se mantiene elevada, sobretodo por la posibilidad de una inflación más persistente y por los efectos del endurecimiento de la política monetaria".

El cuarto trimestre los servicios anotaron un incremento intenso (5,5% interanual), aunque a un ritmo más suave que el del tercer trimestre (7,5%). El aumento ha sido muy generalizado por subsectores, pero destaca especialmente el dinamismo de las actividades profesionales y tecnológicas. En el conjunto del 2022, los servicios avanzan un 8,0%. En este apartado destaca también la recuperación del turismo extranjero, "que ha continuado progresando en los valores prepandemia". Así, la llegada de turistas extranjeros en el acumulado a finales de noviembre se sitúa cerca del 80% de 2019.

La construcción sigue con un crecimiento del 4,8% interanual, pero con perspectivas de ralentización por la subida de los costes financieros y por el encarecimiento de los costes de producción. En términos anuales la construcción crece un 4,7%.

La industria y el sector agrario muestran descensos, en un contexto de encarecimiento de los costes de producción y climatología adversa. Durante 2022, valor añadido bruto (VAB) industrial mantuvo una tendencia de descenso interanual que se situó en el -3,0% el cuarto trimestre.

Durante el cuarto trimestre de 2022, la ocupación que recoge la encuesta de población activa (EPA) se ralentizó hasta un 0,6% interanual, mientras que la afiliación también perdió ritmo pero mostró un aumento significativo (2,8% interanual). La tasa de temporalidad siguió a la baja por la reforma laboral y asumió un nuevo mínimo (14,5%), "por primera vez en línea con la zona euro" (alrededor del 15%). Se registró un ligero repunte de la tasa de paro hasta el 9,9%, desde el 9,3% del tercer trimestre. Además, en el conjunto de 2022, la tasa de desempleo se ha situado en el 9,7%, la tasa anual más baja desde 2008.

En diciembre, la inflación se redujo hasta el 5,2% gracias a la moderación de los precios de la energía y de las materias primas. Por grupos, destaca el fuerte crecimiento de los precios de los alimentos (13,4% interanual) y la caída de los precios del grupo de vivienda (-2,5%), que incluyó parte del componente energético. La medida del tope del gas en el mercado eléctrico, conocida como excepción ibérica, ha situado las inflaciones catalana y española entre las más bajas de la zona euro. No obstante, la inflación subyacente, la estructural que excluye los alimentos no elaborados y la energía, sigue creciendo (6,5% en diciembre), ya que los aumentos de los costes de producción derivados del encarecimiento de las materias primas se han trasladado en parte a los precios finales.