“Si París es la ciudad de las luces, ¿por qué no hacer de Barcelona la ciudad del audiovisual?”. El presidente del Clúster Audiovisual de Catalunya, Miquel Rutllant, arroja el guante ante Mike Blackman, director general del congreso más importante del sector, el ISE. El directivo le escucha atento, en este encuentro previo a la celebración de la feria, y aparentemente tan convencido como él de que el potencial es evidente. No por nada el salón ha terminado en la capital catalana cuando el recinto de Ámsterdam (Países Bajos) empezó a quedarse pequeño. No por nada, por mucho que el acuerdo con Fira de Barcelona caduque en 2024, ambas partes hablan abiertamente de una relación que pinta permanente. Esta edición, que arranca mañana inaugurada por el rey Felipe VI, es, sin embargo, la segunda gran prueba de fuego.