El canciller alemán, Olaf Scholz, pidió el jueves pasado finalizar la construcción de un gasoducto que conecte la Península Ibérica con Europa Central. Estas palabras se interpretaron como un impulso a un proyecto similar al MidCat, que atraviese Catalunya hasta los Pirineos. España aseguró dos días después que su parte del proyecto podría estar construida en ocho meses, costaría unos 370 millones de euros y permitiría el transporte de gases renovables. Pero necesita el beneplácito de Francia, que debe continuar dicho gasoducto hacia el centro y el norte de Europa. Una semana después, el gobierno de Emmanuel Macron mantiene su argumentario tradicional de que es un proyecto lento y costoso y dice que hay todavía muchas "incertidumbres" sobre poder transportar hidrógeno, según fuentes de su ministerio para la Transición Ecológica. Pero el Gobierno español responde que no tiene constancia de "ningún comunicado oficial" y espera que el país se pronuncie oficialmente y al más alto nivel, según fuentes del Ministerio para la Transición Ecológica.
Crisis energética
Francia ignora la petición alemana de un gasoducto y España le pide una respuesta clara
El Ministerio para la Transición Ecológica francés se escuda en su tradicional rechazo al MidCat: es lento, costoso y apela a la neutralidad climática
Construcción de un gasoducto.
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