Hace tiempo que la política democrática ha adquirido retórica belicista. Empeñarse en convertir al adversario en enemigo y buscar votos polarizando sobre lo que nos separa, aunque sea a costa de debilitar lo que nos une, ya no es cosa exclusiva de movimientos radicales o antisistema. En ese contexto, predomina el relato sobre los datos, el corto plazo sobre el medio y lo urgente sobre lo importante. Por ejemplo, el fantasma de la recesión que viene, supuestamente, en forma de crisis profundísima. Crecer y decrecer, a la vez, no parece posible.
Lo urgente y lo importante, por Jordi Sevilla
Más de la mitad del territorio de la UE ya está en riesgo alto de sequía y 20 millones de personas necesitan ayuda de agua y alimentos
Un bocadillo de diálogo con un signo de exclamación
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