Ante el temor a un corte del gas inminente por parte de Rusia, la Comisión Europea y los Estados Miembros de la UE han pisado el acelerador para evitar problemas de suministro con planes de contingencia. Entre las medidas hay propuestas dirigidas a los ciudadanos, como subir el aire acondicionado o bajar la calefacción, desenchufar los aparatos electrónicos cuando no estén en uso o cambiar el coche por el transporte público cuando sea posible. Su efecto no será mágico, ni eliminará de un plumazo la dependencia europea al gas ruso, pero en la que es la "primera crisis de energía a nivel global", según la Agencia Internacional de la Energía, todo cuenta. "Son pequeñas cosas que no generan grandes alertas pero ayudan a reducir el consumo y con un mayor almacenamiento se podría liberar esa parte en terceros países más afectados", decía hace unos días la vicepresidenta y ministra para la Transición Ecológica, Teresa Ribera.
Energía
¿Subir el aire acondicionado ayuda a ahorrar gas de cara al invierno?
Una menor demanda de electricidad y petróleo ayuda al bolsillo y es una forma de reducir las tensiones en el mercado de gas en Europa
Una persona enciende el aparato de aire acondicionado. /
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