Siempre nos quedará Laporta

Los empresarios a los políticos: reducir la burocracia y lograr grandes acuerdos de Estado

Pedro Sánchez y Pere Aragonés saludan Antoni Cañete, con Ada Colau observando, en los premios Pimec

El césped del Nou Camp del FC Barcelona recibió a 1.200 empresarios para celebrar, cena mediante, la entrega de premios de la patronal Pimec, donde se agrupan buena parte de las pequeñas y medianas empresas de Cataluña. Pocas organizaciones en España son capaces de agrupar tal tamaño de políticos de todos los colores e identidades. El presidente del Gobierno, el de la Generalitat, la alcaldesa de Barcelona, ministros y consejeros usan estos foros para saludar a unos y a otros, sonreír y cruzar manos. En el habitual ciclo de discursos que se concedió a los representantes públicos, algunos aprovechan para soltar mítines políticos y alargarse en exceso a base de repetir los mismos conceptos de formas distintas. Con lo fácil que es aplicar el teorema básico: sujeto + verbo + predicado. Quien batió el récord del cronómetro fue Ada Colau, incapaz de ajustarse al tiempo que le habían pedido. La alcaldesa estaba muy satisfecha de que Barcelona hubiera renovado hasta 2030 la concesión para celebrar la feria del Mobile que, antaño, ella nunca vio con simpatía. El tímido acercamiento que Colau ha ido realizando al mundo de la empresa ha ido siendo paulatino.