La crisis de 2008, la inestabilidad posterior que trajo, la pandemia de la covid-19 y el declive de la economía como consecuencia y ahora la Guerra de Ucrania y la subida de los precios de suministros y materiales que se traducen, finalmente, en el aumento del valor de los productos básicos. Es un contexto general que merma la calidad de vida de las personas pero que también, frustra los planes de un sector de la población que comienza a plantearse una vida independiente, un futuro o el camino para conseguir hacer realidad unos proyectos para los que llevan años estudiando o trabajando: los jóvenes.
Dificultades económicas
Vidas precarias y congeladas por las crisis
La pandemia, el aumento de precios y los bajos salarios frustran la posibilidad de desarrollar un proyecto de vida propio para los jóvenes y perpetúa una eterna dependencia no deseada: "Queremos una vida digna"
Jesús Lucero y Adrián Angulo, dos jóvenes precarios, conversan en La Marina de València para el reportaje.
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