En una tienda de una popular cadena de panaderías-cafeterías ubicada cerca de la parada de metro de Marina hay una decena de personas. Solo dos de ellas llevan mascarilla: los dependientes. El resto, los clientes repartidos entre la terraza y el interior, ninguno lleva tapabocas. Y a partir del miércoles, esos dos empleados que conservan este trozo de tela -omnipresente desde hace dos años- desconocen si van a tener que seguir llevándolo. “Creo que deberíamos seguir con mascarilla, por aquí pasa mucha gente a la largo del día”, explica la dependienta. “Pues yo estoy hasta las narices, cuando pueda me la quito”, replica él. De momento el gerente de esta franquicia no se ha decantado por ninguna de las dos posturas.
Fin del tapabocas obligatorio
Retirada de las mascarillas: las empresas exigen criterios claros
Firmas como Seat y Amazon mantendrán temporalmente el tapabocas en los espacios cerrados
Mercadona las retirará y entre el pequeño comercio impera la prudencia en la atención al público
Barceloneses comprando en un comercio de barrio. /
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