El PP empieza a ver con mejores ojos la reforma laboral que pactó Yolanda Díaz con sindicatos y patronal. Pese a que Pablo Casado anunció rápidamente que se opondrán a la norma en el Congreso, la portavoz parlamentaria de los conservadores, Cuca Gamarra, ha admitido que la reforma acordada es "menos mala de los esperado". Sin embargo, eso no supone que para su formación "sea suficiente" y, por el momento, siguen instalados en el 'no'.
"Que al final la contrarreforma haya sido menos mala de lo esperado, no significa que para nosotros sea suficiente. Nosotros aspiramos no a algo menos malo sino a algo bueno y algo de futuro, no algo que deshace además un camino andado que ha sido bueno para España", ha asegurado en una entrevista concedida a Europa Press. En concreto, la dirigente popular ha lamentado que se eche abajo parte de la norma que impulsó Mariano Rajoy en 2012 y que, según ha dicho, permitió que España creara más de 3 millones de puestos de trabajo.
Además, Gamarra ha recordado que la vicepresidenta segunda y ministra de Trabajo no logró el apoyo unánime de la CEOE. "La realidad es que hay sectores, como la automoción o la agricultura o patronales autonómicas como la de Madrid o la de Cataluña que no han respaldado ese acuerdo", ha sentenciado. Tampoco cuenta con el 'sí' de ERC o EH Bildu, aunque la portavoz popular ha vaticinado que acabarán alcanzando un acuerdo con el Ejecutivo porque "éste es el mejor Gobierno posible para ellos".
La búsqueda de apoyos
En una posición muy diferente está Ciudadanos. El portavoz parlamentario naranja, Edmundo Bal, ha afirmado que el acuerdo entre el Gobierno, patronal y sindicatos es un "motivo de celebración" y ha asegurado que "el Parlamento tiene la obligación moral de respetar ese acuerdo, pero tiene que incorporar sus propias decisiones". Además, se ha mostrado satisfecho de que la nueva reforma laboral incluya algunas de las medidas que Cs lleva proponiendo desde su nacimiento.
Aun así, Bal ha apuntado que la reforma se queda "muy corta": "El quid de la reforma es la oportunidad perdida. Con objeto de tratar de contentar a todos, no se contenta a nadie. No contentan a sus socios, que ya han dicho que no la apoyan, pero tampoco se acomete una reforma valiente, revolucionaria, que consiguiera que no tuviéramos la necesidad de volver a reformar el marco laboral en diez años, y encima gratis, financiada por la UE". En este sentido, ha pedido a Pedro Sánchez que aclare con quién pretende negociar el texto para lograr su aprobación en el Congreso: si con sus "socios habituales" o con su partido.
Pese a la falta de apoyos para sacar adelante el real decreto ley a su paso por el Congreso, la vicepresidenta segunda ha sostenido en una entrevista en El País que "es muy difícil decirle que no a la reforma laboral" y "quien la haga fracasar tendrá que explicárselo a los trabajadores".