La pandemia ha significado un terremoto para el mercado laboral que ha distorsionado los flujos de oferta y demanda. Los perfiles que hasta antes del virus eran los más buscados en Catalunya no son exactamente los mismos dos años después. Las restricciones han impedido o limitado determinadas actividades y el consumo de parte de la población se ha desplazado de unos productos a otros. Y es que lo que durante los meses de confinamiento algunos no gastaban en restaurantes pasaron a gastarlo en compras por internet y ello provocó que durante un tiempo hubiera más demanda de transportistas que de camareros, por poner un ejemplo. Las nuevas necesidades derivadas de la pandemia, desde sanitarios hasta operarios de laboratorio, también han disparado la empleabilidad de ciertos perfiles.