Sobre váteres y tumbas

  • Jordi Sevilla opina que el cambio climático tiene un vínculo directo con la desigualdad: "suelen ser las élites ricas las principales emisoras de contaminación"

Activistas manifestándose a las puertas de la COP26 / Robert Perry

Resulta difícil ser optimista en la lucha contra el cambio climático, cuando escuchamos al Secretario General de Naciones Unidas exigir a los 200 países asistentes esta semana a la COP26 en Glasgow que: "Basta de tratar a la naturaleza como un váter. Estamos cavando nuestra propia tumba". Ya no se trata de un joven activista exaltado quien lo dice, sino el máximo representante de lo más parecido que existe a un Gobierno mundial. Y lo hace, treinta años después de que se adoptara la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático, veinticuatro de que se aprobara el Protocolo de Kioto y seis de que se actualizaran los compromisos de reducción de gases de efecto invernadero, en el Acuerdo de París.