Un tribunal del distrito de Ámsterdam ha sentenciado este lunes que los conductores que ofrecen sus servicios en Países Bajos a través de la aplicación de Uber no son "empresarios autónomos" sino "empleados", que deben estar contratados por la compañía, con sus derechos labores y pagados según el convenio colectivo de taxis. Uber acumula así otra polémica con su modelo laboral, tras casos como el de Reino Unido, donde la justicia británica le obligó a contratar directamente a sus chóferes.
En un caso iniciado por el sindicato FNV, los jueces neerlandeses decidieron que "la relación jurídica entre Uber y estos conductores cumple con todas las características de un contrato de trabajo" (empleo, salario y autoridad) y estos "están cubiertos por el Convenio Colectivo de Trabajo para el Transporte en Taxi" que rige en territorio neerlandés. Según la sentencia, la aplicación Uber tiene un "efecto disciplinario e instructivo, así como un incentivo financiero" y los conductores que utilizan la aplicación "quedan sujetos al funcionamiento del algoritmo diseñado por Uber y a ser unilateralmente modificado por este", por lo que los taxistas dependen de "la autoridad de un empleador moderno" que Uber ejerce sobre ellos a través de la aplicación.
FNV, el mayor sindicato de Países Bajos, acudió a finales del año pasado a los tribunales alegando que había "un contrato de trabajo" entre Uber y estos conductores, y que la empresa "organiza al detalle los servicios de transporte, aunque diga que "solo ofrece una plataforma donde los conductores autónomos y sus clientes se ponen en contacto".