La banca y el sector turístico fueron este miércoles los puntos de atención principales de la bolsa. En un contexto europeo con predominio inicial de las compras, la mirada se posó en los valores con más expectativas de revalorización. Pero el escaso volumen de negocio se tradujo también en escasos movimientos en los índices relevantes. Al cierre de la sesión, el Ibex cerró en línea con la atonía del resto de mercados bursátiles, con una pírrica subida del 0,32% hasta los 8.977 puntos que en tiempos de tipos de interés ultrabajos permiten satisfacer a los más conservadores. El mínimo de la jornada fue de 8.948 puntos y el máximo de 9.000, una referencia psicológica esta última que no obsesiona más de lo justo en momentos en los que las acciones bancarias prometen más de lo que han dado. Desde el 25 de junio no se rebasa la cota de los 9.000 y sería una muestra de optimismo posvacacional superar esa resistencia. Desde un análisis chartista, de la fuerza con que se supere ese reto dependerá en buena medida el volumen de las apuestas inversoras este cierre de semana.
La bolsa de este 25 de agosto
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