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Las tarjetas revolving buscan lavar su mala fama

  • Las entidades darán más transparencia a uno de los productos con más quejas

Cliente realizando un pago con un tarjeta en un comercio. / Ferrán Nadeu

Pagar el arreglo de una lavadora con una tarjeta de crédito y acabar con una deuda de 20.000 euros. Esta situación, que parece extrema, es un posible resultado de la financiación revolving. La sentencia del Tribunal Supremo de marzo de 2020 puso bajo los focos este tipo de créditos al consumo por sus elevados intereses, a los que colgó la etiqueta de usura. Desde entonces se han multiplicado las quejas y denuncias vinculadas a este producto financiero, que ya es uno de los que más reclamaciones genera ante el Banco de España. Ahora, desde la Asociación Nacional de Establecimientos Financieros de Crédito (Asnef) se ha lanzado esta misma semana un protocolo para llevar la transparencia a estas tarjetas y combatir, así, su mala fama.

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