Si hace unas semanas apunté varias razones para un optimismo inteligente respecto a nuestra situación económica, hoy toca destacar la parte medio vacía de la botella, que también la hay. Empezando porque crecen las voces que posponen la recuperación al año que viene, a la vista de la más que probable cuarta ola de la pandemia, de los retrasos ya evidentes en la vacunación y de la lentitud con que se gestiona desde Europa los fondos Next Generation, en los que tantas esperanzas habíamos depositado y de los que recibiremos este año mucho menos de lo que figura en Presupuestos. Veremos un repunte del PIB en el segundo semestre, dependiendo de cómo se gestione el pasaporte sanitario, pero habrá que esperar a 2022 para poder hablar de una verdadera recuperación económica que, en ningún caso, nos devolverá al PIB de 2019 hasta finales de 2023. Esta perspectiva lleva a los expertos de Crédito y Caución a anticipar un fuerte incremento de las quiebras empresariales que podrían aumentar en España hasta un 49% si se suspenden las normas y ayudas extraordinarias puestas en marcha durante la pandemia.
En concreto
Razones para un pesimismo moderado
También hay parte medio vacía de la botella, voces que posponen la recuperación para el año que viene
Pedro Sánchez, presidente del Gobierno /
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