La Generalitat incurrió el año pasado en un déficit de 768 millones de euros, equivalente al 0,4% del PIB, el doble de la tasa sugerida del 0,2% (la que garantiza financiación) una vez suspendidas las reglas fiscales, pero por debajo del de 2019 como consecuencia de distintos ajustes contables. De hecho, la administración catalana alcanzó el año pasado el nivel de gasto no financiero más elevado de la historia, con 32.151 millones de euros, con un alza del 19%, ligado a los efectos de la pandemia del coronavirus. Los ingresos no financieros, 30.281 millones, aumentaron el 15,7% gracias esencialmente a los recursos procedentes de los recursos extraordinarios aportados por el Estado a través del fondo covid, del que a Catalunya le correspondieron unos 3.200 millones.
En todo caso, según las estimaciones del Ejecutivo catalán, el déficit que contabilizará es muy inferior al que sería el real, que sitúan entre el 0,7% y del 0,9% del PIB, lo que supondría entre 1.102 y 1.870 millones. Se da la circunstancia de que los ajustes contables de 2020 en vez de empeorar las cifras, las mejoran al menos en unas tres décimas, pero con ingresos de carácter contable que nos significaron la capacidad real de gastar más, según fuentes del Govern. Para 2021, el Ejecutivo catalán trabaja con una previsión de déficit lo más próxima posible al 1,1% del PIB.
El gasto despegó en todos los departamentos, en especial en el de Salut, con un gasto ejecutado que llegó a 13.392 millones, lo que supone 2.861 millones más que en el ejercicio precedente, d elos que 2.029 millones se derivaron exclusivamente de la pandemia. Otros 'conselleries' afectadas por los efectos de la crisis fueron Empresa, con el 23,9% de aumento o Cultura, con el 45,9%.
Ayudas directas
El desfase del año pasado contrasta con el del 0,62% del ejercicio anterior, si bien inicialmente, en 2019, fue de 1.329 millones de euros, equivalente al 0,56 % de su PIB. La meta comprometida era del 0,1%. El Ejecutivo catalán atribuyó el grueso del déficit, 924 millones, al impago de la deuda pendiente del IVA por parte del Estado y al incumplimiento de los acuerdos alcanzados en la Comisión Mixta de Asuntos Económicos.
Según los datos de la Generalitat, la administración catalana fue la que más recursos per cápita destinó el año pasado a ayudas directas para paliar los efectos de la crisis, con 221 euros por habitante. Al final, el impacto del covid se sitúa en 4.761 millones, de los que 3.628,2 millones fueron por mayores gastos de los previstos y 1.123,2, por minoración de los ingresos.