En concreto

El futuro atropella nuestros derechos

  • Casi dos millones de trabajadores están ya teletrabajando más de la mitad de los días laborables desde sus casas

Una mujer teletrabajando durante la pandemia. / Manu Mitru

A veces, parece que el tiempo se comprime. Entonces, pasado, presente y futuro entrechocan con fuerza, provocando rupturas bruscas y efectos colaterales no previstos. La pandemia nos está empujando con tanta fuerza contra el futuro, que corremos el riesgo de hacernos daño por falta de adaptación. Así, por ejemplo, seguimos sin cerrar la reforma de la reforma laboral del siglo XX, cuando se nos cuelan por las calles los ciclistas precarios correspondientes a esa realidad del siglo XXI: un nuevo mercado laboral correspondiente al capitalismo de las plataformas con algoritmos, donde nada es lo que parece si lo miramos con los ojos del pasado: ni las empresas tienen capital físico (capitalismo sin capital: la mayor empresa del mundo en alquiler de coches con conductor, ni tiene coches en sus activos, ni conductores en nómina), ni los trabajadores son, exactamente, ni asalariados, ni autónomos, como los de antes.