De un pueblo de pescadores al rival de Silicon Valley

A la velocidad de Shenzhen

Se cumplen 40 años desde que Shenzhen fuera elegida como laboratorio de la reforma económica

Rascacielos en construcción en Shenzhen. / ADRIÁN FONCILLAS

Veríamos Shenzhen a través del microscopio si aisláramos el elemento químico puro de la reforma china. Se cumplen esta semana 40 años desde que ese puñado de villorrios de pescadores en la costera y sureña provincia de Guandong fue elegido como laboratorio de un nuevo capitalismo híbrido (o socialismo con características chinas, según la jerga oficial) y hoy ya rivaliza con Silicon Valley. No es probable que Deng Xiaoping, el clarividente arquitecto de las reformas, imaginara que de una de aquellas Zonas Económicas Especiales brotara la ciudad más futurista, innovadora y vibrante del país. Hubo cuatro más en aquella lotería, pero a Shenzhen le tocó el gordo. 

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