Crisis industrial

Nissan: Crónica de un cierre anunciado

La nula apuesta de la dirección japonesa por traer modelos a Barcelona condena las plantas catalanas

La Administración ya busca salida a los más de 500.000 metros cuadrados en el polígono de Zona Franca

Trabajadores de Nissan queman neumáticos frente a la planta de Zona Franca, en protesta por su cierre. / David Zorrakino (EUROPA PRESS)

Cual reo sentenciado pero aún no ajusticiado, la planta de Nissan en la Zona Franca (emblema industrial de la compañía japonesa hasta el pasado jueves) empieza su travesía del desierto hacia un futuro incierto. Desde Japón, a miles de kilómetros y casi sin abogado defensor, se confirmó el cierre, una situación que en el mejor de los casos para la compañía se acabará en diciembre aunque como apuntan desde la Generalitat, esto podría ir para largo. Frank Torres (ex responsable de Nissan Motor Ibérica en el 2011) será en fiscal que negocie con los trabajadores y las administraciones. Makoto Uchida, consejero delegado de la compañía, lo ha devuelto a la arena de Barcelona y, como dijeron desde el Gobierno, "no se lo vamos a poner fácil".

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