El nuevo presupuesto para la zona euro no termina de despegar. La intención de los ministros de economía y finanzas es cerrar una propuesta detallada sobre la nueva capacidad presupuestaria, que busca apoyar la convergencia y la competitividad, en junio pero las negociaciones avanzan con lentitud y todavía no hay una postura clara. “Hay algunos elementos cruciales abiertos pero confío en que lograremos llegar a un acuerdo en junio”, ha anunciado el presidente del Eurogrupo, Màrio Centeno, tras la reunión de este jueves.
Coincide en su valoración la ministra española, Nadia Calviño. “Todavía son muchas las cuestiones abiertas y veremos si de aquí a junio conseguimos cerrar un máximo con un instrumento que satisfaga las pretensiones que nos hemos puesto”, ha explicado. Y es que las propuestas sobre la mesa no satisfacen todavía al Gobierno español. “No podemos quedarnos tranquilos o decir que cualquier cosa que se llame presupuesto de la zona euro ya consigue el objetivo. Se trata de crear un verdadero pilar fiscal con una capacidad de estabilización y de convergencia a través del ciclo", sostiene Calviño.
La pata de la estabilización, defendida por España y a la que no renuncia la Comisión Europea, según ha indicado el comisario de asuntos económicos, Pierre Moscovici, brilla todavía por su ausencia. Calviño no ha querido aclarar si el Gobierno español vetará la propuesta en junio si no incluye sus demandas y se ha escudado en que “es demasiado pronto para decir qué sucedería si no conseguimos nuestro objetivo”.
Divergencias importantes
La cuestión es que hay capitales que no aceptan que el nuevo fondo tenga también una función de estabilización, para ayudar a los países en crisis, y prefieren limitarse a financiar las reformas estructurales y las inversiones. “Nuestro objetivo en junio es cumplir con el mandato que se nos dio en la cumbre de diciembre. Necesitamos trabajar en aras de la convergencia y competitividad”, ha zanjado Centeno. ”Estamos viendo como va a ser ese instrumento sobre competitividad y convergencia y seguimos trabajando sobre otras dimensiones que el instrumento puede tener en el futuro”, ha sobre la función estabilizadora para las economías en crisis.
También hay desacuerdos importantes sobre el origen de la financiación del nuevo presupuesto, el elemento en el que se ha centrado la discusión de este jueves. Los países de la Liga Hanseática, encabezados por Holanda, defienden que las sumas procedan única y exclusivamente del marco financiero plurianual 2021-2027. El eje franco-alemán es partidario de incluir otras fuentes de financiación como, por ejemplo, la posible tasa a las transacciones financieras o aportaciones nacionales que abren que tienen implicaciones legales y de gobernanza. “Todavía no hay una posición muy fija” pero ha empezado a “cristalizar un consenso” en torno a que sea un instrumento específico de la zona euro, asegura esperanzada la ministra. “Confío en que llegaremos a un acuerdo porque veo determinación. Necesitamos el empujón final”, ha resumido Moscovici.