Siempre han existido líderes de opinión a los que la marcas han recurrido para anunciar sus artículos en radio, televisión, vallas publicitarias... pero ahora son las redes sociales los canales donde la población busca su inspiración o las mejores recomendaciones.

Sin ir más lejos, cada vez que Dulceida, Laura Escanes, Jessica Goicoechea o Maria Pombo publican una foto en Instagram con un bolso, un libro o lo último en tecnología; la población acude en masa a por ese producto.

En este sentido, el estudio sobre ‘Marketing de Influencers en España, 2018: El mercado español de influencers, según los responsables de marketing’, realizado por Brandmanic, desprende que la inversión de las empresas en este tipo de publicidad aumentará en 10.000 euros respecto al año anterior.

Por su parte, Javier Yuste, cofundador y CEO de Binfluencer, la plataforma que ayuda a las marcas a identificar al influencer que mejor se adapte a sus necesidades, asegura que este mercado, con apenas seis años de vida, superará a finales de este año los mil millones de dólares sólo en Instagram, mientras que en 2020 se situará entre los 15.000 y 20.000 millones de dólares.

Cambio de paradigma

“Es una evolución de la publicidad tradicional para adaptarse a las nuevas tendencias que marcan y demandan la sociedad”, explica el cofundador de esta startup que busca convertirse en el Google del marketing de influencer.

Para el emprendedor, las redes sociales son las herramientas que mueven la mayor parte del consumo hoy en día y asegura que este tipo de publicidad resulta menos intrusiva que la convencional ya que se mueve por afinidades y empatía.

Asimismo, Yuste destaca que “era inevitable que la publicidad no aterrizara en las redes sociales y las marcas no pueden pasar por alto esta nueva manera de llegar a un público joven que crece cada día”  caracterizado por concederle un gran poder a la imagen, buscar de forma constante las recomendaciones y que elige dejarse influir por aquellas personas que quiere que marquen su estilo.

Menos es más

A pesar de que son muchas las celebrities que cuentan con millones de seguidores, “siempre recomendamos a las empresas trabajar con microinfluencers, es decir, aquellos que tienen entre 5.000 y 50.000 seguidores”, apunta Yuste para quien estos perfiles, además de ser más económicos, tienen una relación más cercana con sus seguidores, generan más interacción y sus recomendaciones son más naturales y creíbles, por lo que las campañas resultan “más frescas” y con mejor resultado.

Además, como en cualquier otra estrategia de marketing lo primero que hay que hacer es definir los objetivos que se quieren alcanzar con la campaña, así como con el presupuesto con el que contamos.

Estos dos factores serán los que nos ayuden a identificar a los influencers que mejor nos puedan funcionar.

“Como ya he dicho, para nosotros menos es más y la mejor estrategia es buscar a varios microinfluencers para realizar una campaña simultánea en vez de elegir a uno muy conocido con un caché muy elevado que, sin embargo, no nos garantiza que vaya a conseguir el engagement que nosotros buscamos.

La Inteligencia Artificial y el machine learning eligen al mejor influencer

machine learningCon más de cincuenta clientes en la actualidad, entre los que se encuentran Cabify, Cofidis, Accenture o Merkal Calzados; Binfluencer nació tras ver una necesidad real.

“Habíamos puesto en marcha una empresa de calzado masculino y al realizar una campaña de marketing de influencia nos encontramos con un mercado muy mal estructurado, de difícil acceso y algo ambiguo para el anunciante”, señala Yuste.

utiliza algoritmos propios y herramientas de Inteligencia Artificial y machine learning para analizar los perfiles de cada influencer de acuerdo con una serie de parámetros que permiten calibrar la calidad real de sus seguidores, su engagement y su frecuencia de interacción.

“Se comprueban más de 20 variables entre las que destacan los perfiles e intereses de su red y su ubicación”, explica el cofundador, quien asegura que, “aunque el camino de emprender es duro, el aprendizaje es inmenso y compensa”.