INTELIGENCIA ARTIFICIAL

Así será el futuro de la Inteligencia Artificial y la robótica, según las empresas

Ordenadores cuánticos con capacidad para hacer cálculos imposibles, máquinas dotadas de Inteligencia Artificial... todo esto y más formará parte del nuevo ecosistema empresarial

Ordenadores cuánticos con capacidad para hacer cálculos imposibles, máquinas dotadas de Inteligencia Artificial que interactuarán con los humanos... Todo esto y mucho más, formará parte del nuevo ecosistema de las empresas del futuro.

Robot mirando el horizonte. / Patkupa (Unsplash)

Nos encontramos a las puertas de la que será la cuarta revolución industrial, la de la tecnología y las máquinas. La Inteligencia Artificial y la robótica son las llaves que están accionando el motor del cambio del modelo laboral y empresarial, tal y como lo conocemos.

Según se espera, tan solo la Inteligencia Artificial, aportará un crecimiento de un 14% del PIB mundial, el equivalente a 15,7 trillones de dólares. Un 45% de estas ganancias provendrán de la aplicación comercial de las soluciones de Inteligencia Artificial. Así lo dispone el Informe sobre Realidad y Perspectivas de la Inteligencia Artificial en España 2018 de PWC.

La robótica también está sumando posiciones en el seno de las empresas. Según los últimos datos de la Asociación Española de Robótica y Automatización, tan sólo en el año 2016 el parque de robots creció un 6%, lo que supone que por cada mil trabajadores, hay dos robots. Y esto es solo el comienzo.

La IA y la robótica, nuestros aliados en la gestión de datos

En los últimos 5 años hemos asistido a una explosión de la disponibilidad de datos. Esta enorme cantidad de información excede cualquier capacidad humana, es por ello que necesitamos una ayuda externa, y la Inteligencia Artificial será nuestra mayor aliada. “Una de sus claves es la capacidad de manejar ingentes volúmenes de datos y barajar infinidad de combinaciones posibles, hasta dar con la mejor de las soluciones”, comenta Arantxa Ortiz, responsable de dirección de Innova. “Esto no ha pasado desapercibido para las empresas que han visto una poderosa herramienta para dinamizar todos los procesos de decisión de la compañía y se han provisionado tanto de talento como de plataformas especializadas en Inteligencia Artificial”, añade.

“La Inteligencia Artificial también se está centrando en mejorar la atención al cliente y atenderlo de maneras distintas, gracias a ella podemos conversar de manera entrenada en aspectos en los que antes no podíamos hacerlo. Sobre todo en voz-texto, y texto-voz”, añade Gustavo Beltrán, CEO de Kio Artificial Intelligence.

Aportación para las empresas del futuro

Gracias a estos nuevos compañeros de trabajo, las empresas lograrán tomar mejores decisiones estratégicas. Los chatbots complementarán la experiencia positiva del cliente ofreciéndole su ayuda, y en campos como la medicina, se podrán realizar mejores diagnósticos, analizando los diferentes tratamientos y sugiriendo el más idóneo para cada paciente.  

“En un futuro cercano la Inteligencia Artificial y la robótica podrán llegar a todos los niveles, desde dispositivos domésticos, como a otras partes del mundo donde el acceso a las tecnologías es hasta el momento más difícil”, comenta Arantxa Ortiz. “Esto implica que el mundo laboral se adaptará a estas nuevas necesidades, especializando su búsqueda de trabajadores en campos como la tecnología, las matemáticas, y la humanística para dar solución a cuestiones éticas y morales”, nos cuenta Arantxa Ortiz.

Para Gustavo Betrán, la verdadera revolución que transformará a las empresas del futuro va a llegar de la mano de los ordenadores cuánticos. ”Estos sistemas permitirán que la Inteligencia Artificial sea más efectiva que lo que conocemos hoy en día, y supondrá una revolución aún mayor”, comenta. “Estos ordenadores se podrán utilizar para perfeccionar pronósticos, y realizar operaciones quirúrgicas en las que antes se tardaban días, y que ahora se harán en minutos u horas”. Por el momento se están construyendo los primeros prototipos de este tipo de ordenadores, habrá que esperar a los próximos cinco años para verlos en funcionamiento.