CAMBIOS EN LA DISTRIBUCIÓN

Pugna para asumir el liderazgo del comercio en Catalunya

La desaparición de la Confederació de Comerç da más voz a las otras organizaciones del sector

La Generalitat querría un referente claro que expresase las necesidades de esta actividad

Establecimientos comerciales, sector en el que abundan los trabajadores autónomos.  / ADRIANA DOMÍNGUEZ

La desaparición de la Confederació de Comerç de CatalunyaConfederació de Comerç de Catalunya (CCC), que ha presentado concurso de liquidación este verano tras detectarse una deuda imposible de pagar, ha conllevado una falta de liderazgo mediático en este sector. El último secretario general de la CCC y presunto responsable del desequilibrio de sus cuentas, Miquel Àngel Fraile, había conseguido en la última década convertirse en el referente visual de la teórica opinión mayoritaria del comercio, tanto de cara a los medios como con las administraciones. Ahora, con su salida de la esfera pública y el hundimiento de la CCC, se ha abierto una diáspora de los miembros de la Confederació hacia otras organizaciones del sector, y, a la vez, estas mantienen una pugna soterrada para captar a los miles de comercios y entidades que ahora se han quedado sin uno de sus referentes.

En esta carrera juegan varios actores. Desde la patronal de pymes Pimec, y su sectorial Pimec Comerç, hasta la patronal vallesana Cecot, pasando por todos los gremios asociaciones que intervienen en esta actividad en la que se calcula que hay unas 85.000 empresas en Catalunya. La CCC jugó un papel muy destacado en la distribución de los cursos de formación con el anterior sistema, que ahora ha cambiado radicalmente y que ha dejado a esta entidad sin el poder y la mayoría de ingresos que obtenía por esta vía. Además, estaba considerada prácticamente la principal interlocutora con los agentes sociales a la hora de negociar los convenios colectivos, dado que muchos de los gremios con más asociados pertenecían a la Confederació. Aunque en los últimos años ya se había ido produciendo una salida de estos de forma gradual.

NEGOCIACIÓN COLECTIVA

La Conselleria d'Empresa i Coneixement, de la que dependen las competencias de comercio, reconocen que la Confederació jugaba una papel importante en Catalunya, incluida su intervención en las negociación colectiva, y que ahora ha quedado en el aire. Fuentes del departamento han explicado que "respetarán lo que crean conveniente hacer los comerciantes, aunque sería importante que hubiera una organización de referencia del sector". 

Sin embargo, la posibilidad de crear una nueva entidad que sustituya a la Confederació choca con un grave problema: la CCC está inmersa en un proceso de delimitación de responsabilidades y de atribución de las deudas de la entidad que, hasta que no esté resuelto, podría comportar una cargas económicas para el nuevo organismo si este se crea a partir de los socios de la que desaparece. Fuentes del sector, pues, descartan esta posibilida a corto plazo.

OFERTAS EN MARCHA

Dada esta situación, las otras organizaciones existentes han empezado a ofrecerse a las entidades y gremios que se han quedado sin el paraguas de la CCC. Una de las más activas hasta este momento, o al menos de forma más pública, es Pimec Comerç. Su máximo responsable, Àlex Goñi, explica que ya mantienen conversaciones con cuatro entidades, incluido algún gremio con muchos afiliados. Según esta patronal, actualmente forman parte de su sectorial 101 organizaciones y 19 gremios, que representan en su conjunto a 40.000 empresas, y no esconden su objetivo de convertirse en el referente del comercio catalán.

La Cecot, que tiene afiliadas 2.000 empresas de comercio, ha abierto sus brazos a los miembros de la extinta Confederació, aunque fuentes de esta patronal aseguran que se trata de un proceso lento y sin prisas, aunque reconocen que habrá que redefinir el mapa de la representación institucional del comercio.

Sin hacer ruido, la entidad que ha sumado muchos afiliados desde el hundimiento de la CCC ha sido Agrupament de Botiguers i Comerciants de Catalunya (ABC), una entidad cuyo secretario general, Emiliano Maroto, ha visto como ha pasado de representar 26.000 comercios a 34.000 en los últimos meses tras sumar más de 25 asociaciones repartidas por todo el territorio. "La gran diferencia es que nosotros no pedimos ni una sola subvención", asegura Maroto.

Del liderazgo a la liquidación

Sin embargo, la crisis pasó factura. La Confederació dependió en exceso de los ingresos que provenían de los cursos de formación, y cuando cambió la política gubernamental, la CCC lo sufrió. Pero sus socios no lo supieron hasta más tarde: al morir Llorens (abril del 2015), una nueva presidenta accedió al cargo: M. Rosa Eritja. Vio que los números de Fraile, que no era cuestionado por nadie, no cuadraban. Pidió una revisión, y se destapó un agujero de más de dos millones de euros que no solo costó el cargo a Fraile, sin que han acabado con la liquidación de la patronal.