Barcelona se encuentra entre los aeropuertos que más han crecido en Europa en cifras de transporte de viajeros. En los seis primeros meses del año, el aeropuerto barcelonés ha aumentado un 12,7% sus cifras, según pone de manifiesto el último informe del Consejo Internacional de Aeropuertos de Europa (ACI, siglas en inglés). De hecho, entre los aeropuertos del Grupo 1 (que son los que sobrepasan los 25 millones de pasajeros al año), Barcelona es el segundo aeropuerto europeo con un mayor crecimiento después del de Dublín (Irlanda), que mejora sus cifras un 13,4%. Le sigue Estambul (12%), Copenhagen (10,9%) y Amsterdam (9,9%).
La mejor evolución entre los aeropuertos europeos durante el primer semestre corresponde a los 'hub' secundarios -aeródromos de países que ya tienen un gran centro de distribución y cuentan con otros aeropuertos de un tamaño menor pero con tráfico intenso-. En este caso se encuentra las instalaciones de Berlin-Schonefeld, que ha aumentado sus cifras un 39,4%; Colonia-Bonn (19,8%), Bucarest (16,5%); Dublín y Barcelona.
Entre los mayores aeropuertos europeos, los cinco primeros en tráfico aéreo se mantienen Londres-Heathrow, París CDG, Frankfurt y Amsterdam-Schiphol, con un avance del 9,9%. Después figura el aeropuerto de Madrid, con un avance del 8,6%. Para Olivier Jankovec, director general de ACI Europe, "más allá de las buena salud del tráfico aéreo europeo, se detecta una importante caída de la demanda fuera del bloque de la Unión Europea (UE), que afecta principalmente a Turquía y Rusia". También se pone de manifiesto una desaceleración del crecimiento en el mercado comunitario. "En ambos casos esta tendencia es consecuencia del impacto del terrorismo y el incremento de la inestabilidad geopolítica", has destacado.
Las cifras proporcionadas por la ACI no reflejan el impacto completo del ataque terrorista al aeropuerto de Estanbul-Atatürk y del golpe fallido de Turquía. "Esperamos un empeoramiento en la evolución del tráfico aéreo durante el verano y para el resto del año", ha destacado Jankovec. La ACI, además, teme una ralentización del tráfico en Europa como consecuencia de cierta debilidad del consumo propiciado por el terrorismo y la decisión de Reino Unido de abandonar la UE. "El único aspecto positivo que se mantiene es el bajo precio del petróleo, que ayudará a limitar el aumento de capacidad de la flota y a mantener bajo los costes de las aerolíneas, ha subrayado.