Pocas veces un responsable público habla de sentimientos en una rueda de prensa. El presidente de la Autoridad Independiente de Responsablidad Fiscal (AIReF), José Luis Escrivá, sin embargo, ha expresado este miércoles sin ningún disimulo un "sentimiento encontrado" de decepción, impotencia y "tristeza" por no haber logrado del Ministerio de Hacienda de Cristóbal Montoro la transparencia y las medidas que venía reclamando la institución desde finales del 2014.
Según Escrivá, haber adoptado con celeridad "el brazo correctivo" del déficit que define la propia Ley de Estabilidad hubiera evitado la fuerte desviación del déficit en el 2015 hasta el 5,2% del PIB, en lugar del 4,2% previsto (un desfase de más de 10.000 millones de euros). Sobre todo, según Escrivá, hubiera evitado que, al final,
La Autoridad Fiscal Independiente propuso en el último Consejo de Política Fiscal y Financiera (CPFF) la asignación de objetivos de déficit individualizados para cada autonomía en el 2016, en lugar de imponer una meta del 0,3% a todas ellas.
Este miércoles se ha conocido que el Tribunal Supremo ha anulado el acuerdo del Consejo de Ministros de 30 de agosto de 2013 que fijó la distribución entre las autonomías de los objetivos de déficit para 2013. Según el Supremo, el acuerdo debía haber sido ratificado por el Congreso de los Diputados y no lo fue. El fallo estima de forma parcial, los recursos presentados por Cataluña, Andalucía y Asturias, aunque ya no tiene consecuencias prácticas.
Europa haya tenido que “marcar el paso” a España a través de una dura recomendación a la que el Gobierno en funciones ha de dar respuesta ahora a toda prisa en el Programa de Estabilidad que debe presentar en Bruselas antes de que finalice el mes de abril.
TRISTEZA Y ARROGANCIA
“Es triste que el ajuste te venga de afuera”, ha lamentado Escrivá en la rueda de prensa de hoy sobre la Memoria de Actividades de 2015 y el Plan de Actuaciones para 2016, con un mensaje claro: “España cuenta con las herramientas adecuadas para garantizar la sostenibilidad de las finanzas públicas, pero dichas herramientas no se han terminado de aplicar”.
“A pesar de nuestros esfuerzos no hemos conseguido ser suficientemente convincentes en transmitir los beneficios de una consolidación fiscal gradual y diseñada internamente, frente a un ajuste impuesto desde fuera, precipitado y más traumático”. En su opinión, “seguimos adoleciendo de un déficit de credibilidad de las finanzas públicas que debemos solventar a través de un plan presupuestario a medio plazo realista y creíble, con especial atención a las administraciones con mayores desviaciones, así como avanzando en el marco institucional nacional”, añadió.
Sin citar directamente al Ministerio de Hacienda, el presidente de la Autoridad Fiscal sí se ha referido a la “actitud arrogante” con la que algunas administraciones niegan información a la institución; al mismo tiempo, ha elogiado el cumplimiento que de estos requerimientos siempre hacen las comunidades autónomas.
DÉFICIT DEL 4% EN EL 2016
Según los cálculos de la AIReF, sin la adopción de medidas adicionales, el déficit público se situará en el 2016 en el 4% del PIB, lejos del objetivo del 2,8% que impone Bruselas y que el Gobierno en funciones ya intenta renegociar con la Comisión Europea.
Escrivá no ha querido entrar en cuál debería ser el nuevo objetivo de déficit para este año pero sí ha reconocido que el reparto del déficit entre los distintos niveles de la administración pública (Estado, seguridad social, autonomías y ayuntamientos) debería ser distinto al esquema actual en aras a conceder un mayor margen a las comunidades y la Seguridad Social.
NI HÉROES, NI DEMONIOS
“No hay que hacer héroe al que cumple los objetivos (déficit) ni en demonio a quien no cumple, ya que hay muchas cuestiones que tener en cuenta”, ha dicho la directora de la División de Análisis Presupuestario, Cristina Herrero. La afirmación constituye toda una enmienda a la totalidad al diagnóstico del ministro de Hacienda en funciones, que durante la presentación del cierre contable del 2015 culpó a las autonomías en general -y a Catalunya y Valencia en particular- de la fuerte desviación del déficit en el 2015 al tiempo que ensalzó las cuentas de otras autonomías, como Galicia, y la del propio Estado, que sí cumplió su objetivo de déficit.
REGLA DE GASTO
Según la AIReF, es claro que el Estado cumplió con creces su objetivo de déficit (2,7%, frente al 2,9% marcado), pero también lo es que incumplió la regla de gasto de la Ley de Estabilidad. Según esta regla, el Gobierno debería haber bajado los gastos en la misma cuantía que recortó los impuestos (6.000 millones). Solo con eso habría compensado buena parte del desvío del déficit de las autonomías (que fue del 1,7% del PIB, en lugar del 0,7% previsto).
El ministro de Hacienda en funciones, Cristóbal Montoro, sí exige sin embargo que las autonomías cumplan la regla de gasto. De cara al 2016, la Comisión Delegada de Asuntos Económicos, que preside en funciones Mariano Rajoy, adoptó la semana pasada nuevas medidas de disciplina sobre las comunidades autónomas que, entre otras cuestiones, obligan a las autonomías a cumplir a rajatabla esta regla, que impide que el gasto crezca por encima del 1,8% este año.
Catalunya, con riesgo muy elevado
La previsible desviación aún será mayor en la Seguridad Social. En lugar de un déficit en el entorno del 0,3%, este podría dispararse hasta rozar el 2%, como consecuencia, según José Luis Escrivá, de la insuficiencia de ingresos del sistema de cotizaciones. Par cumplirse las previsiones del Gobierno, los ingresos por cotizaciones deberían crecer cerca del 15% cuanto a penas lo harán el 3,2% según la AIReF.