Los catalanes pagan hasta tres puntos más de IRPF

La tarifa del impuesto permanece igual que con el tripartito y penaliza sobretodo a las rentas más altas

Contribuyentes cogen su turno en a delegación de Hacienda en Barcelona. / GUSTAVO VALIENTE

Catalunya sigue siendo una de las comunidades con el impuesto de la renta de las personas físicas (IRPF) más elevado. El actual Govern en funciones mantiene la misma tarifa autonómica que dejó el tripartito con José Montilla como 'president' en el 2010. En unas ocasiones por mantener el volumen de ingresos y en otras, como en esta última, por la prórrogas presupuestarias que han marcado sus mandatos, la verdad es que el Ejecutivo de CiU ha optado en las dos legislaturas que ha llevado el timón de la Generalitat por tener un impuesto de la renta de los más altos de Europa, solo superados por algún país nórdico o Bélgica.

Las claves de la noticia

  • Un gravamen que empezó la legislatura al alza y la acabó a la baja  A finales del 2011, tras acceder a La Moncloa, una de las primeras medidas aprobada por el PP fue aumentar el impuesto sobre la renta (IRPF), con un recargo en la trarifa que oscilaba entre el 0,7% y el 7%. La Generalitat decidió mantener la tarifa que tenía en el tramo autonómico, con lo que el gravamen máximo llegó a ser del 56%. En la segunda etapa de la legislatura, el PP aprobó rebajar el impuesto en dos fases: una primera en el 2015 y otra en el 2016, pero una parte de la segunda, ante la proximidad de las elecciones, la adelantó al ejercicio pasado. 
  • Un total de 3.800 millones más en el bolsillo  La rebaja del IRPF supuso que las retenciones en las nóminas se redujeron hasta noviembre en 3.811 millones de euros, según los datos de la Agencia Tributaria. De esta cantidad, 3.052 millones correspondieron a la reforma inicial (prevista en dos etapas, una en el 2015 y otra en el 2016) y el resto, 759 millones, al avance a julio pasado de parte de la rebaja del ejercicio siguiente. Además, se retuvieron 235 millones menos en las rentas del ahorro. En total, incluyendo también nuevas deducciones a familias numerosas y dependientes, la reforma redujo la recaudación en 4.300 millones hasta noviembre.
  • Un tributo participado cuyos ingresos estima el Estado  El IRPF no es como el gravamen de patrimonio, que está cedido; o los tributos del juego, que son propios; sino que es un impuesto en el que las autonomías participan, con el 50% de la cuota. La estimación de ingresos, al igual que con el IVA o los impuestos especiales, la realiza el Estado. Con esas premisas realiza anticipos a las comunidades. Y puede ser demasiado pesimista y, por tanto, cicatero y tener que pagar más al hacer la liquidación definitiva, u optimista, y calcular una cifra demasiado elevada una parte de la cual luego las autonomías se ven obligadas a devolver.      

El IRPF es un impuesto compartido entre el Estado y las comunidades autónomas. El Gobierno central tiene potestad para legislar y poner el tipo que considere sobre el 50%, mientras las comunidades sobre el otro 50% y su parte en las deducciones personales y familiares. El hecho de que Catalunya y otras autonomías no hayan modificado sus tramos, hace que el resultado final de la tributación sea distinto para un contribuyente u otro en función de cual sea su residencia.  

"En Catalunya, la parte autonómica de la tarifa se ha mantenido desde el tripartito, mientras que la estatal ha ido bajando con la reforma del IRPF, que entró en vigor el año pasado", explica Josep Maria Noguera, de JM Noguera Assesors. El Ejecutivo presidido por Montilla incluyó dos tramos más en la tarifa para que los salarios más altos pagaran más y, por tanto, para que el tributo fuera más progresivo. Es un paso que luego siguió el Gobierno del PSOE, con un gravamen por encima de los 300.000 euros anuales.

En el ejercicio actual, el tipo máximo del tributo en Catalunya es del 48% por encima de 175.000 euros, tres puntos más de lo que tributan los mismos ingresos en otros territorios que han seguido la política del Estado en la rebaja del principal gravamen que recae sobre la personas físicas. El tipo mínimo también es más alto, del 21,5%, frente al 19% del resto, pero a partir de 17.707,20 euros en vez de 12.450 previsto en el tramo estatal. Aunque afecta a todos los tramos de bases imponibles, las rentas más penalizadas en términos absolutos en comparación con otros territorios son las más altas, cuyas cuotas tributarias son también más cuantiosas.

RETENCIONES MÁS BAJAS

Una de las consecuencias de la política tributaria de la Generalitat se nota especialmente en las retenciones, que están sujetas a una única escala que fija el Estado. Esta tiene unos tipos más bajos que los correspondientes a Catalunya, por lo que algunos contribuyentes deberán pagar más al hacer la declaración de la renta o recibirán una devolución menor, según Bruno Domínguez, socio de Fiscal de Baker & McKenzie Abogados.

La tarifa del IRPF en Catalunya no solo soporta unos tipos más elevados sino que cuenta con el doble de tramos que la estatal: 10 en lugar de cinco.

Aunque desde la oposición CiU criticó la medida de crear más tramos en el IRPF por parte del tripartito, luego la mantuvo. Con posterioridad, el 'conseller' de Economia, Andreu Mas-Colell, aseguró que el Ejecutivo catalán no se podía "permitir bajar el IRPF dada la situación de las finanzas". En esa etapa, después de que el PP subiera el IRPF poco después de acceder al poder, el tipo marginal máximo del IRPF se situó en Catalunya en el 56%, con lo que era el más alto del mundo, junto con el de Suecia.

Andalucía, la comunidad con este tributo más elevado junto con Catalunya, ha decidido rebajar dos puntos lineales el gravamen para este 2016, pero no para las rentas por encima de los 60.000 euros anuales. Esta medida, según el Ejecutivo andaluz, supondrá dejar de ingresar unos 120 millones de euros. En la comunidad gobernada por Susana Díaz (PSOE), con el apoyo de Ciudadanos, existen dos tramos de tarifa adicionales del 23,50% por encima de 60.000 euros (total del 46% con el tramo estatal) ; y del 25,50% (total del 48% con elt ramo estatal) por encima de los 120.000.

En otras comunidades, como en Extremadura, también se incluyeron tramos adicionales en la tarifa, pero el gravamen es un poco más bajo, con el 23,50% por encima de 60.000 euros; del 24%, por encima de 80.200; del 24,50% por encima de 99.200 euros; y del 25% por enicma de 120.200 euros.

Una política tributaria más alineada con Podemos que con la del centro derecha

Entre otras medidas, el Ejecutivo de Mas también aumentó entre el 5% y el 10% el impuesto de patrimonio y elevó del 8% al 10% el tipo de las transacciones de viviendas de segunda mano, en ITP. Creó además nuevas figuras tributarias, desde el gravamen sobre los depósitos bancarios hasta el que recae sobre las centrales nucleares, que han sido paralizados por el Estado con recursos ante el Tribunal Constitucional.